Capítulo 7

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ELLA:

Últimos días de escuela, pronto serían vacaciones y al fin descansaré de esa rutina que tanto odio.

Estoy a un año de terminar la preparatoria y a decir verdad estoy ansiosa de que termine. Tengo muy malos recuerdos en ese lugar cuando en realidad es la etapa que muchos jóvenes añoran. Después de lo ocurrido no hablo con absolutamente nadie en la escuela, mis días se volvieron fríos cuando por los pasillos todos me miraban de manera morbosa y sin piedad alguna. Deje de hablar con las amistades que creí tener y ninguna de ellas hizo algo al respecto por querer permanecer en mi vida, simplemente aceptaron que me alejara y eso dolió como él jodido infierno.

Ahora me la vivo sola en la escuela sin hablarle a nadie a menos que sea por algún proyecto que tengamos que elaborar juntos. Evitó encariñar me con las personas por miedo a la ausencia, me pongo nerviosa de tan solo pensarlo.

Pero Alan y Jorge se están volviendo una rutina.

Una puta rutina la cual estoy dispuesta a vivir.

Nos hemos frecuentado más veces desde la última vez que nos vimos y a decir verdad, me siento muy a gusto conviviendo con ellos. No sentí esa necesidad de ser diferente o distante para evitar convivir con ellos, simplemente surgió de manera bastante natural y cuando me percaté de ello, ya era demasiado tarde para querer apartarme.

Con ellos puedo ser quien soy y no me molesta pero si me preocupa... No quiero admitir que me estoy encariñando con ellos, todo va demasiado rápido y cada vez hay menos tabúes y filtros entre nosotros. No sé en que momento puse plena confianza sobre ellos y quiero pensar que eso está bien, no me cerraré a tratarlos porque no me han hecho nada malo sino todo lo contrario. Es bastante evidente que se preocupan por mí y mamá, quien en realidad es la principal razón por la que estoy dejando mi salir mi verdadera actitud frente a ellos.

No hay porque dudar, no hasta ahora.

Estacione el auto y apagué el motor, baje de éste y camine hasta la puerta, desde aquí podía escuchar la voz de Valentina, algo que me hizo sonreír inconscientemente. Abrí la puerta y dejé todas mis cosas en la entrada de la casa, cerré la puerta detrás de mí y caminé hasta la cocina, ahí se encontraban.

— Hola chiquilla — me acerque hasta ella y la saludé con un beso en la mejilla.

— Hola — luego, fuí hasta mamá y la saludé de igual manera — ¿Cómo te fue en la mañana? — dije mientras me sentaba a un lado de Valentina.

— Bien, se entregaron la mayoría de los trabajos. Quedan ciertos niños por probar y creo que solamente hay que ajustar tres. De ahí en fuera, todo excelente.

— Me alegra escuchar eso.

— Oigan y hablando de su trabajo... Quería preguntarte algo Adri.

— Claro, dime.

— Estamos viendo todo lo de la boda y bueno, ya sabes, son muchas cosas e involucra a muchas personas. No se como preguntar esto pero me gustaría que fueras mi dama honor.

— ¿Hablas en serio? — asintió — ¿No es una broma?

— No bromearía con eso — dijo entre risas.

— Oh por Dios — dije mientras una sonrisa se empezaba a formar en mi rostro — Sí ¡Por supuesto que sí! — me lancé a sus brazos y la rodee en un abrazo. Sentía sus hombros sacudirse a causa de la risa por mi reacción y debo admitir que no lo esperaba ¡me encanta la idea! Este es un día demasiado importante para ella, no le quedaré mal de ninguna manera.

— Me alegra que hayas aceptado.

— Ni de chiste me negaría a eso. Muchas gracias por pensar en mí.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora