Capítulo 57

35 14 0
                                    

ÉL:

La luz del día entraba por la ventana y después de removerme en la cama, uno de los rayos del sol dió justo en mi cara logrando despertarme. Tome mi móvil y noté que eran las 12:36pm. Aún me sentía cansado y me sorprende que no me haya levantado para irnos. Después de las pruebas nuestros padres tomaron la decisión de quedarnos un día más, Mauricio no se negó a la idea y aún que Adriana lo negará, estoy seguro que ella fue la más feliz con esa decisión con tal de faltar a la escuela.

Pasaron muchas cosas ayer de las que no tenía previstas. Al ser una persona que sobre-piensa mucho es raro que algo que suceda no me lo haya imaginado ya, pero el resultado de las pruebas nos agarro de imprevisto a todos. Regresamos temprano y el cansancio se apoderó de mí de inmediato, dormí profundamente y creí que estaría más tranquilo al despertar pero no es así, aún siento mi corazón acelerarse con tan solo recordarlo.

Me puse de pie, salí de la habitación y fui directo al baño. No me tope a nadie durante el camino y el departamento sorprendentemente estaba envuelto en un silencio extraño. Para la hora que es, todos me estarían haciendo burla por apenas despertar pero creo que ni siquiera hay alguien en casa. Después de hacer todas mis necesidades mañaneras salí del baño con la intención de tomar mi móvil y llamarles pero está vez alguien se interpuso en mi camino.

— ¿Es en serio Alan Basurto?

— ¿Qué? — pregunté sorprendido ante la pregunta de Mauricio, se notaba serio pero después de ver mi confusión respecto a su comentario empezó a reír levemente.

— ¡Llevamos toda la mañana esperando a que despertaras, cabrón! — dijo tomándome por los hombros para luego hacerme girar.

— ¡Sorpresa!

Primero que nada, el grito de todos me hizo dar un pequeño saltito del susto y hasta entonces empecé a reaccionar, hoy es mi cumpleaños y estaba tan preocupado por las pruebas que ni siquiera lo recordaba. Cosa número dos, no esperaba que hubiese más personas de las que había ayer justo en esta casa y por último, verlos a todos arrumbados en el pasillo, unos de pie y otros sentados en el suelo, es una imagen que no olvidaré jamás.

—Yo dije que quería ser la primera — habló Adriana poniéndose de pie para luego correr hasta mi y rodearme con sus brazos — ¡Felicidades!

— Gracias — dije mientras una amplia sonrisa se empezó a formar en mis labios. Sin duda alguna esto me había hecho despertar del todo, la emoción invadió todo mi cuerpo y la felicidad era evidente. Le regrese el abrazo con más fuerza y la escuche reír un poco contra mi pecho. Nos separamos después de unos segundos y para entonces noté que los demás ya se habían puesto de pie.

— Llegamos y no por ti nos enteramos que tu mejor regalo de cumpleaños fue llevarte una beca completa ¡Joder Alan! Eso es genial, ¡Felicidades!

Reí aún más después de verlos en pijama, como era costumbre, y los salude mientras recibía felicitaciones por mi cumpleaños y por la beca. Izhan, Galilea y Sebastián estaban aquí de sorpresa. Son los mismos que llegaron en pijama y con sombreros de mariachi a la casa de la abuela, definitivamente viajar un par de horas no iba a ser excusa para soltar sus atuendos favoritos.

— ¿Por qué están aquí?

— Si quieres me voy — dijo Galilea sarcásticamente, cosa que me hizo reír.

— No me refería a eso — dije entre risas — Ni siquiera sospechaba que venían.

— Alan, ¿si quiera recordabas que era tu cumpleaños? — preguntó Adriana entre risas — estabas tan estresado que nunca hiciste algún comentario al respecto.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora