Capítulo 21

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ELLA:

No lo voy a negar, en un principio un gran nudo se instaló en mi garganta pero no dejaría que ni una sola lágrima rodará por mis mejillas porque en cuanto la primera gota cae yo pierdo el control, así que me repetía constantemente que debía guardar la calma y no hacer gran lío por todo esto. Yo lo pedí pero no pensé en las consecuencias, ni siquiera me había hecho a la idea de que ellos dos son parte de familia, por consiguiente hay un montón de más gente que sabe sobre mí ¡y sorpresa! También son mí familia.

Sin duda alguna eso me hizo sentir expuesta y estúpida por muchas razones pero afortunadamente ese sentimiento duro solo unos momentos.

No sé lo que es tener una familia tan grande, siempre había sido solamente mamá y el abuelo pero ahora sé de muchísima gente más con las que de alguna manera estoy relacionada. El lado positivo de esto es que pude dejar todos aquellos pensamientos negativos y comencé a sentirme bastante cómoda ya que Alan parecía medir sus palabras intentando no bombardearme de información.

Esta de más decir que para este momento de mi vida Alan se convirtió en una persona digna de admirar, quiero decir, es fuerte emocionalmente, valiente y con mucha esperanza.

Cosas que yo no tengo y que sin duda alguna le debería de aprender.

Él habla maravillas de todos ellos y después de una semana de haber tenido ese momento entre nosotros, al fin sentí que empecé a recuperarme emocionalmente ya que pude empezar otro dibujo.

Desde aquella vez que todo salió a la luz no encontraba algo de inspiración en mí, ni siquiera para adelantar algo sobre los vestidos de Valentina. Simplemente sentía que en mi mente estaba más preocupada por pensar en otras cosas que realmente no quiera plasmar en una hoja o en un lienzo... Bueno, evadiendo el hecho de que pinte una ola en una pared de una habitación que ni Jorge ni mamá la han visto, no he hecho algo más.

Ese momento de alguna manera liberó una barrera de todas las que hay entre Alan y yo...

Estoy esperando otro momento que liberé la segunda barrera.

El sonido de mi teléfono anunciando una llamada interrumpió la música y me hizo tomarlo rápidamente. Estaba muy concentrada en mi pintura así que no quería que nadie me molestara, conteste sin siquiera mirar el número.

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— ¿Si?

— ¿Por qué no estás en casa? — una fuerte presión se instaló en mi pecho al momento de reconocer tu voz.

— No tengo porque decirte nada... — dije sonando para nada segura.

— Alan y Jorge Basurto, ya tengo sus nombres no me hagas investigar más.

— Noah por favor, ya es suficiente — quería escucharme fuerte y eso se escuchó más como una súplica.

— Has roto muchas reglas, sabes que tienes que ir sola cuando te cito en algún lugar y no llevaste solamente a una persona si no a tres, y este idiota que crees tu héroe me a hecho llevarme una herida de tres puntadas.

— Yo no les he dicho nada, apenas los conozco, no sé cómo es que llegaron...

— ¿Dónde estás?

— Noah por favor...

— Sabía que te negarías así que esto es lo que harás... — deje de escucharlo en cuanto unos leves golpes llamaron a la puerta de la habitación, ésta estaba abierta y el hecho de que tocarán antes de entrar me hizo confirmar que no era mamá.

— Ahh, claro, adiós.
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Dije rápidamente y enseguida colgué la llamada, ni siquiera le dí oportunidad de responder y después de haber hecho semejante acción, comencé a hacerme la idea de que su próxima instrucción iba a ser realmente mala.

Otro tipo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora