Libre

380 38 71
                                    

- ¿Hola?

- Hola Señor Shion, soy Rin. Necesito que me ayude a conseguir mi emancipación legal.

Del otro lado se sintió el silencio durante unos momentos.

- ...Creo que puedo ayudarte.


Cuando en las mañanas nadie te despierta, y cuando en las noches nadie te espera... 

Y cuando puedes hacer lo que quieres... ¿Cómo le llamas a eso? ¿Libertad o soledad?

- Rin Kagamine, ¿dónde estuviste toda la tarde? ¡El infierno está a punto de desatarse y ni siquiera te dignas a contestar nuestros mensajes!

Para mi sorpresa, no era mi madre quien me estaba regañando apenas puse un pie en la casa. Era Luka Megurine. Perpleja, la miré hiperventilar mientras me llevaba a la sala principal, empujándome por los hombros. Se veía preocupada, pero no molesta.

¿Qué demonios...?

Del escritorio de mi padre se escuchaba una discusión acalorada, y por la pinta parecían encontrarse mi madre y Gackupo allí adentro.

Me ausenté durante toda la tarde por miedo a este momento, a tener que soportar que me culpen por algo que no hice. Yo juraría por mi padre que no le dije una sola palabra a la prensa.

Pero al parecer eso ya lo sabían.

No contesté los mensajes de nadie, ni siquiera los de Len. Por esto, me sorprendí bastante al encontrarme con él, que estaba caminando en círculos alrededor de un sillón en el que se sentaron Neru y su madre, manteniendo una expresión neutra.

El ex-policía se acercó inmediatamente a mí y me envolvió en un abrazo, sin importarle que nos encontremos en público. Me quedé paralizada y fui incapaz de corresponderle, pero eso no evitó que los colores suban a mi rostro.   

- ¿Qué sucede? -le pregunté, porque no cabía en mi mente una situación como aquella.

-Es Lily -se limitó a decir Luka, ya que Len no emitía palabra-. Ella fue la que dio la entrevista.

- ¡¿QUÉ?!

- Todo apunta a que fue tu madre, y ella tiene el descaro de culpar a la mía-aportó Neru desde su asiento.

- Mi madre no haría eso, lo único que ella quiere es que Gackupo gane... -dije mientras cavilaba internamente.

- Eso es lo que todos pensábamos, pero hoy se le ocurrió llamar a un asilo para la señora Akita, y debería llegar en cualquier momento -agregó Luka, evidentemente molesta-. No sé cómo se le ocurrió algo tan bajo como culpar a la enferma, sin ofender.

El muchacho sólo asintió, comprendiendo a lo que se refería su amiga.

Lily realmente debía ser castigada por sus muchas mentiras, aunque me parecía algo injustificado que se arme semejante revuelta por la vez en la que precisamente era posible que esté diciendo la verdad.

Miré a la madre adoptiva de Len por el rabillo del ojo, y la sospecha empezó a crecer en mí, aunque decidí mantenerme en silencio.

Quizás... No, eso es imposible...

- Rin -llamó el rubio por fin, al verme callada durante un momento-. ¿Estás bien? ¿Pasó algo en la escuela hoy?

- Algo así. ¿Podemos hablar... solos?

EL PACTO | RiLenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora