THRILLER / ROMANCE
Rin Kagamine se niega a aceptar que su padre se ha suicidado, por lo que decide ayudar en la investigación policial. La pubertad, la amistad, el amor y la familia tocan su puerta, esperando ser atendidos en esta historia que llev...
A veces las pupilas se dilatan... Se deleitan... Y se delatan.
- ¿Y la segunda?
Tomé aire antes de decírselo, cerrando los ojos mientras las palabras salían de mi boca. No había vuelta atrás:
- La segunda es que me gustas.
La expresión de sorpresa inicial de Len, quien exhaló de forma inaudible, fue reemplazada enseguida por una sonrisa que me pareció tierna. Me fijé en sus ojos azules, los cuales parecían perforarme a través del cristal de sus lentes.
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No podía entender qué transmitían, tal vez parecían ausentes.
- Eres toda una rarita -soltó de pronto con un toque juguetón, una vez más. ¿Sería ese su nuevo apodo? El rubio paseó los dedos por mi frente y acarició mi cabeza con suavidad.
¿Creía que estaba de broma?
El joven me estaba tomando el pelo... literalmente.
- ¿Lo siento? -me disculpé, algo sorprendida por su reacción tan inusual. Me esperaba un rechazo, o... para qué mentirnos, me hubiese agradado un beso.
O cualquier cosa menos que me diga rarita.
- No lo sientas -me aseguró, ampliando su sonrisa-. Me agrada.
Ahá... -le respondí mientras dejaba divagar a mi mente.
Len no me había dicho que me correspondía... pero tampoco me lo había negado.
Claramente el policía no se había tomado en serio mi confesión. ¿Era porque soy pequeña? ¿O porque realmente no estaba interesado en mí?
Seguro pensaba que lo admiraba como a un hermano. Bajé la cabeza, sintiéndome algo decepcionada. Tampoco creía que estaba en posición de insistir.
Lo siento Len, en realidad estoy me gustas. Sé que soy pequeña, pero te esperaré lo que sea necesario.
- Te quiero mucho, Rin. Y siempre estaré para ti.
¿Me ha leído la mente?
Volví a atreverme a mirarle a los ojos y para qué mentirnos, sus palabras me llenaron de ilusión. Quizás sí me había tomado en serio, y esta era su forma de decirme que todavía no era tiempo de estar juntos.
(...)
- Cuéntame, Luka. ¿Conoces a mi tío Gackupo Kamui?
