┏━━━━━━༻✧༺━━━━━━┓
¿Quién es el bueno y quién es el malo?
┗━━━━━━༻✧༺━━━━━━┛Miro otra vez mis muñecas y chillo con frustración. Las tengo demasiado rojas por estar tirando todo el tiempo de ellas. Pero estoy desesperada, no entiendo nada y quiero salir ya de este jodido sótano.
Las cadenas que se aprietan en mis muñecas salen de la mugrosa pared, están allí puestas como si estuvieron esperándome todo este tiempo para mantenerme aquí encerrada y sin posibilidades de salir.
Pero es que esa es otra cosa que no entiendo: ¿por qué tomarse el trabajo de estas enormes cadenas como si fuera un perro rabioso y vaya a romper las rejas para escapar? Si fuera capaz de hacerlo, lo haría sin dudarlo. Pero no lo soy, claramente.
Escucho un ruido proveniente de la puerta y automáticamente me pongo de pie.
Confundida y asustada, veo cómo Liam entra al sótano.
—¿Por qué me tienen encerrada? —susurro al borde de las lágrimas.
—¿Piensas que te voy a decir, perrita? —inquiere él con desagrado, paralizándome. ¿Perrita? —. Pero relájate, no tengas esperanzas de salir de aquí. No en un largo, largo tiempo.
—¿Qué demonios te pasa? —chillo incrédula, tirando de las cadenas hasta que mis muñecas arden—. ¡Por lo menos me merezco una explicación! ¡Llego a mi casa y de un segundo a otro me encuentro encerrada en mi propio sótano!
Liam me mira con burla y se apoya en la reja. Retrocedo, ya no tengo confianza ni en mí misma.
—¿Ya te he dicho que eres muy inteligente? Dedúcelo tu misma, perrita. Cómetelo todo, es lo único que comerás hasta mañana.
Me sorprendo cuando empieza a tirar algo al piso de la celda. No necesito acercarme para ver que son sobras irreconocibles de comida. Huele espantoso. Quiero vomitar.
A una velocidad que no sabía que tenía, voy hasta la reja, tirando de las cadenas que irritan mis muñecas, tomo su brazo y luego lo agarro del borde de su camisa para pegarlo más a los barrotes. Las cadenas me arden más en mis muñecas, pero el dolor no se compara con la rabia e impotencia que siento y con el placer de ver el miedo en su mirada, que no pasa desapercibido.
—¿Por qué me tienen aquí? Sácame ya —siseo furiosa y aprieto más el agarre.
Liam traga saliva y niega apresuradamente. Su mirada cambia por un segundo a una de lástima y pienso que tengo esperanza de salir pero no, solo es una estúpida idea mía.
—No puedo, lo siento.
Me empuja hacia atrás, y voy a responderle pero él ya se está yendo del sótano, apuradísimo.
¿Qué está pasando acá?
Me tiro al suelo rendida otra vez y empiezo a contar las baldosas para calmarme y evitar largar todo el llanto que tengo acumulado en mi garganta. No puedo sentirme peor.
☾ ☾ ☾ ☾ ☾
Ciento cincuenta y cinco baldosas sanas y diez baldosas rotas después, mi padre entra al sótano. Otra vez me levanto automáticamente tratando de luchar con las cadenas.
—No intentes hablar, no vine a dar una charla paternal. Date la vuelta y no protestes —exige duramente mientras se acerca a la celda.
Cuanto más pasos da hacia mí, yo retrocedo con miedo. Si creía que esta era mi salvación, pues su mirada me dice que estoy jodidamente perdida.

ESTÁS LEYENDO
En mis manos
Fantasy> ✨🐺 ☾ ☾ ☾ ☾ ☾ En el pueblo Salem todo era aparentemente tranquilo y seguro. Solo consistía en unas pocas familias, un instituto para los pocos adolescentes y niños que había, un hospital, centro comercial y un bosque como de película que rodeaba...