Capítulo 43

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Y se siguen cayendo máscaras.
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—¡Aiden! — Zara se acerca a mi hermano y lo abraza.

—Oh, Zarita.

Mi hermano la eleva y la abraza fuertemente. Son tan lindos juntos, se nota que se aman. Sonrío con tristeza mientras entro al castillo, nunca me pasará algo así.

—Emmaline. —Me doy vuelta y miro a Kate, le hago una seña para que continúe. Sorprendiéndome, me abraza–. Perdón por haberte tratado mal y por haber dicho todas esas cosas horribles, yo... no encontré otra forma para evitar el dolor.

Me separo un poco de ella y limpio sus lágrimas. La entiendo y me enojó mucho en el momento pero ya no tengo ganas de arruinar las pocas relaciones honestas que me quedándote. Claramente no soy la única que sufre por Liam.

Le sonrío para tranquilizarla pero estoy segura que la felicidad no llega a mis ojos.

—Está bien, Katy, te entiendo.

Asiente y sonríe. Luego mira para atrás mío y su sonrisa pierde fuerza.

—¡Caleb, ahora! —Me doy vuelta extrañada ante el grito de mi amiga.

Caleb ataca a Penny empujándola contra la pared de la sala. El resto de la manada se coloca alrededor y yo solo me quedo parada sin entender nada, ¿por qué nunca entiendo nada?

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto elevando la voz, estoy harta de que no me mantengan al tanto de nada. No soy solo una maldita arma.

-Ya te diremos, hija. ¡Lleven a Penny y a Ethan a la sala de reuniones! Traigan a Cristina también.

En cuanto mi madre ordena, todos hacen lo que dice. Yo me acerco a ella con la sangre hirviendo, noto que en la otra esquina Aiden está igual. Mi madre nos ignora y continúa caminando hacia la sala.

-Mamá, ¿Qué está pasando?

Se da vuelta y mira a mi hermano.

-Entren a la sala, ya les diré. —Le hacemos caso y entramos. Dentro ya está toda la manada en una pared y guardias sosteniendo a Penny, Ethan y Cristina en otra. ¿Qué está pasando?—. Estas personas nos están traicionando.

Jadeo por la sorpresa. Me parece bastante irónico que Cristina y Penny hagan eso. Su familia es casi la mano derecha de la realeza, son personas en las que mis padres apoyaron toda su confianza. Nunca me cayó bien Penny pero esto tiene que ser un error.

—¿De qué hablas, mamá? Son nuestra mano derecha, es imposible —reprocha Aiden casi como si me leyera la mente. Mamá suspira y me mira.

-Compruébalo, hija.

La miro confundida.

-¿Y cómo hago eso?

Tendrían que estar seguros ya, no pueden hacer tal acusación y luego pedirme que lo compruebe.

-Hipnotízalos y diles que digan la verdad, fácil, Emmy.

Oh, pues hazlo tú si es tan fácil.

Camino hasta Penny y me detengo a unos pasos de distancia. Ella se revuelve en los brazos del licántropo que la agarra pero sin éxito de salir. Suspiro y aprieto mis manos convirtiéndolas en puños, ya hice esto dos veces.

Vamos, Emmy.

-¿Eres una traidora?

Voy directo al punto. Estoy segurísima que mi poder es lo único que no me falla ahora mismo.

En mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora