En mis manos

Capítulo 41

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¿Acaso nadie es lo que parece?
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Me creo fuerte y valiente pero tener a Harding frente a mí hace que cualquier concepto cambie.

Estoy enojada, sí. Defraudada también. Pero es mi padre, o eso creí durante doce años consecutivos. Él siempre fue el que me defendió cuando peleaba con mamá, él siempre me hacía reír cuando lo único que quería era llorar, siempre me ayudaba con mis travesuras pero rezongaba cuando hacía algo indebido.

Harding Campbell tenía que actuar ser mi padre. Pues que le den un maldito Oscar porque yo me la creí por completo. Fue el mejor padre.

-Tanto tiempo, hija mía. -Cada músculo de mi cuerpo se tensa. Soy todo menos hija suya. Guardo silencio-. ¿Ya no respondes? Yo no te crié así, Mimi.

Lágrimas llenan mis ojos cuando él me llama así. Siempre fue un apodo secreto que hemos tenido, supuestamente cuando era bebé yo decía mi nombre mal y la burla quedó para la historia. Claro que él no sabe eso porque no me conoció de bebé. Otra mentira más.

-No me criaste -mascullo.

No me da para decirle más y no entiendo porqué lo sigo respetando.

-Puedo asegurarte que te crié más que esos falsos reyes.

Doy un paso adelante con la barbilla siempre en alto. Con mis padres no se va a meter.

-No nombres a mis padres o tendré que matarte -amenazo sin estar segura de poder cumplirlo.

El hombre, que ahora me parece desconocido, se ríe.

-¿Como mataste a aquella licántropo o como ella mató a tu amiguito?

Mis piernas flaquean y lo miro con toda la rabia contenida antes de caer al suelo de rodillas. Odio ser tan malditamente débil.

Lágrimas empiezan a salir por mis ojos. Liam, va ser imposible superarte y no quiero hacerlo. Hans a una velocidad sobrehumana, agarra del cuello a Harding y lo acorrala contra la pared.

-Estás buscando que te mate -susurra, su frialdad me sorprende.

Harding lucha por el aire y su cara se torna roja. En otro momento sonreiría pero ahora no puedo hacer absolutamente nada más que limpiarme las estúpidas e innecesarias lágrimas.

Ethan viene hacia mí y me toma en brazos, yo me dejo llevar. Se siente tan seguro el pecho de Ethan, lo extrañé tanto.

-Todo esto es por tu culpa, Emmaline. La muerte de Liam, la de todos los cazadores, la de licántropos y todas las que vendrán. Porque habrán muchas muertes más si tú sigues con vida.

Me separo de Ethan, limpiándome más lágrimas ante las atragantadas palabras del que solía ser mi padre. Me acerco a él y lo miro. Solo basta una mirada.

-Tú estarás dentro de esas muertes. Pero no ahora. Sufrirás cuando lo hagas, yo misma me encargaré de que eso ocurra, papá. Ahora tengo otras cosas que hacer más importantes que vos.

Me sumerjo dentro de su mente y lo desmayo en unos segundos. No sé porqué no lo hice antes.

Hans lo suelta y el cuerpo inconsciente de Harding Campbell cae al suelo de un golpe seco. Ya habrá momento para disfrutar cada gota de sangre que dejen sus asquerosas venas, ahora tengo que salvar a mi hermano y no permitiré que eso salga mal.

-¿Sientes a Aiden, Emm? -pregunta Ethan.

Cierro los ojos intento comunicarme con mi hermano. Siento toda su energía completa, ya no está bloqueado y su aura poderosa se conecta con la mía. Estamos cerca.