Capítulo 6

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Un giro... ¿Inesperado?
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No sé desde hace cuánto estoy aquí, pero me siento horrible.

Sigo con la misma ropa que aquel día y estoy más sucia que nunca. Solo entran Liam, Olive o Harding una vez cada horas para dejarme sobras de comida como si fuera una asquerosa bestia e inyectarme la droga en líquido negro.

Claramente no he comido nada y hasta a mí me sorprende el estar resistiendo tanto tiempo sin comer, no es humanamente posible. Aunque tal vez estoy aquí desde hace menos tiempo del que creo y los dolores en el cuerpo me están volviendo loca.

Kate no volvió a entrar desde la última vez y nuevamente, mis esperanzas se están yendo al diablo.

Eso que me inyectan me deja completamente dormida o cansada, apenas puedo mover los dedos. Y cuando finalmente pasa el efecto de esa droga, intento sacarme las malditas cadenas, pero siempre fracaso. Luego alguien de afuera me escucha y me vuelve a inyectar ese oscuro líquido, sumergiéndome en la misma oscuridad asfixiante que ya se volvió familiar.

Hace unas horas se me pasó el efecto de la inyección, no intenté hacer nada con las cadenas porque me escucharían y vendrían de nuevo a dormirme. Sinceramente, eso no estaría nada mal porque no sentiría los dolores de mis huesos y sobre todo de mis costillas, pero no voy a dejarme caer en lo mismo.

Debo reunir fuerzas porque si nadie va a ayudarme, saldré yo sola.

Escucho unos pasos lentos detrás de la puerta y luego la abren. Me pongo a la defensiva, pero al ver quién es, me relajo. Kate.

Que suerte que vino porque no iba a poder yo sola.

Pero, ¿qué me garantiza que va a ayudarme? ¿Ella realmente quiere hacerlo o solo es una farsa parte del juego? El corazón se me aprieta al pensar eso. No, no es una farsa, ella en serio va a ayudarme.

Entra y cierra la puerta tras ella mirando para todos lados, parece estar escondiéndose de algo o alguien.

—Emmaline. —Suspira y corre a abrir la reja. Entra casi corriendo y se acerca a mí a pasos apresurados. Me toma el rostro con las manos, su tacto solo me genera seguridad y olvido lo que pensé antes. Es Kate—. Voy a sacarte de aquí, justo como te dije. Estos días he estado buscando el momento para que no se den cuenta. Saldrás hoy.

Aunque ya lo suponía, escucharlo es como si me enviaran una ola de esperanza, creí que iba a morir aquí encerrada. Sufriendo y humillada.

—Kate. —Mi voz sale más ronca de lo que me imaginé, casi irreconocible. Hacía mucho no la utilizaba. No tengo fuerzas ni para gritar—. Kate, dime que está pasando. Por favor.

La duda en el rostro de mi mejor amiga me estruja el corazón. Necesito saber qué demonios está pasando, qué va a ser de mí cuando salga. No puedo ni imaginármelo.

—Emm, no tenemos mucho tiempo —dice con pesadez—. Lo único que tienes que saber ahora es que ellos no son tus padres y son peligrosos. En cuanto te saque de la casa tienes que correr al bosque y no parar, métete lo más adentro que puedas. ¿Me oíste? No pares.

¿Qué? ¿Cómo que no son mis padres? Son unos malditos y los odio, pero eso igual hace que mi corazón se apriete, todos los pensamientos que daban la razón a esto los había dicho drogada y en un estado horrible. Ahora todo me golpea la cara.

¿Por qué tengo que ir al bosque?

¿Por qué no entiendo nada?

Necesito aire, necesito... que todo esto sea un terrible sueño.

En mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora