En mis manos

Capítulo 40

┏━━━━━━༻✧༺━━━━━━┓
Cabeza fría, mente asesina.
┗━━━━━━༻✧༺━━━━━━┛

Despierta, Emmaline.

Tienes que despertar.

Escucho esa voz en mi cabeza pero no puedo hacerle caso, y no quiero. No quiero despertar y saber que todo fue real, que Liam está muerto.

Sí, Emmy, está muerto y si no lo mataba esa mujer lo ibas a hacer vos.

Porque por más que duela es la verdad, yo lo iba a matar, iba a apretar el gatillo. Me parece hipócrita de mi parte haber asesinado a esa chica cuando yo estaba por hacer lo mismo.

Igualmente no me arrepiento, se sintió demasiado bien hacerlo y no me siento culpable.

-¡Emmaline! ¡Despierta, maldita sea! ¡Inconsciente no vas a solucionar nada! -el grito de una voz conocida me hace despertar y sentarme automáticamente.

Miro a Kate, quien aún tiene la cara roja y los ojos llorosos. El dolor de sus palabras vuelve y el enojo no me permite seguir mirando sus ojos. Siento que me está acusando silenciosamente con ellos y eso me hace sentir peor que la mierda.

Intento balbucear una pregunta para ponerme en contexto de la situación pero la voz no me sale, y no me interesa que lo haga.

Me levanto del piso y observo que no estamos en el mismo pasillo. Pero en uno igual. Me doy cuenta que cambiamos de lugar porque no hay manchas de sangre ni ningún cuerpo sin vida.

El dolor emocional apenas me deja ponerme de pie así que permito que la indiferencia me controle. No quiero llorar más. Quiero venganza.

Pero primero debo encontrar a mi hermano.

Kate hace el amague de hablarme pero le paso por al lado sin siquiera mirarla y me sumerjo en los pasillos, concentrándome en la conexión entre Aiden y yo. Ethan y Hans no dudan en tomar sus armas y seguirme. Ella lo hace segundos después.

Caminamos en silencio y con cautela, por si aparece un cazador. Llego a ver a uno y le arranco la cabeza sin pensarlo por haber amenazado a Liam. No me importa cual, todos son unos asesinos de mierda.

Así como nosotros.

Que gane el mejor entonces.

Lágrimas comienzan a salir de mis ojos sin quererlo. Fui tan egoísta que me importó una mierda el resto de las personas, solo pensaba en reencontrarme con mi amada familia. Si reencontrarse significaba esto, hubiera preferido vivir como estaba antes, al menos hasta que los cazadores decidieran matarme.

Si no fuera porque ellos son una mierda y porque quiero hacer justicia por Liam, ya me habría entregado. Se acabaría todo el problema.

Pero ya no me dejaré vencer.

-¡Princesa, cuidado! ¡Un cazador!

En otro momento me habría asustado por el aviso de Hans, ahora solo me emociona. Algo tiene que calmar estas ansias.

Miro fijamente al cazador apenas revela su rostro. Está muy preparado para dispararme, el pobre. Mi sonrisa se ensancha. Es un chico joven, tal vez mi edad, la edad de Liam.

Que pena.

-Apúntate -ordeno. Él cazador se confunde pero obviamente hace lo que le digo. Se nota la desesperación en sus ojos, no quiere hacerlo pero mi habilidad es mucho más fuerte. Sonrío más, yo tampoco quería nacer y aquí estoy-. Dispara.

El sonido del cuerpo cayendo sin vida es opacado por el ruido del disparo. Ignoro las exclamaciones de horror de Ethan y de Kate, camino hasta el chico muerto y le saco el arma. Lo pateo haciéndolo a un lado y sigo de largo con Hans y unos muy asustados Ethan y Kate.

Todas esas veces que me he sentido mal por asesinar a alguien pero lo he vuelto a hacer, qué tonta. Estaba asustada y confundida por creerme un monstruo.

Por favor, como si existiera alguien que no lo fuera.

Todos somos malos, no hay personas o especies que sean buenas. Solo queremos el bien de nosotros mismos o de las personas que amamos, y eso es demasiado egoísta porque nos importa una mierda los demás mientras nuestro alrededor esté bien.

Caminamos un montón de tiempo más y hemos encontrado a dos cazadores más que he asesinado fríamente.

Siento a mi hermano más cerca y mi magia se hace más fuerte, siempre que estoy con mi hermano ocurre eso. ¿Cómo no? Somos dos armas de una profecía, nacimos para trabajar juntos.

Caminamos y caminamos por el mismo pasillo pero lo único que vemos es paredes de piedra. Pareciera como que cada vez nos vamos más abajo de donde sea que estemos, todo se ve más oscuro.

Puedo sentir el aura de Aiden conectándose con la mía pero cuando intento comunicarme con él, no puedo hacerlo. Aún estamos muy lejos o Aiden está bloqueado. No sé cual es peor.

Unos pasos al final del pasillo nos alertan. Una silueta se asoma, una silueta que se me hace muy familiar. La risa del hombre abunda en el pasillo y da un paso dejándose ver, yo solo siento mis piernas debilitarse.

¿Dónde quedó la valentía, Emmaline Leblanc?

-Pero miren a quienes tenemos aquí, debo admitir que son inteligentes. -El hombre ve las armas manchadas de sangre. Yo solo sigo su mirada, muy nerviosa-. Y fuertes, pero no más que nosotros. Oh, hola, Emm.

-Papá...