En mis manos

Capítulo 46

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Sacrificios necesarios.
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AIDEN

Vamos, Emmaline, contesta.

Me comunico otra vez con mi hermana pero aún sigue bloqueada. ¿Estará bien?

—¿Y? —pregunta mamá, impaciente.

Voy a responderle pero la puerta abriéndose bruscamente me interrumpe, suspiro y miro a mi hermana entrar a mi habitación.

—¿Qué quieren? Vengo de buen humor, no lo arruinen.

No mira a nadie en especial y camina hasta mi cama marcando cada paso con su potente aura. Miro a mamá, ya estamos todos, el tío Jacob también vino.

—Cuéntanos —le digo a mi madre. Sé que está nerviosa y no quiero apurarla pero estoy deseando saber como sacar la profecía y saber el porqué lloraban.

Blair se sienta al lado de Emmaline y comienza a hablar.

—Tal vez podamos averiguar como eliminar la profecía. —Emmy pierde su máscara de indiferencia y mira a mamá. Va a hablar pero mamá eleva una mano y la calla—. Pero no es gratis, es... peligroso.

—¿Peligroso de qué forma? Toda nuestra vida ha sido peligrosa —masculla Emmy volviendo a su dureza.

Me sorprende lo rara que está pero no digo nada, es su forma para evitar el dolor, claramente no olvidó a Liam en unos días.

—Peligroso de la forma que habrá muertes.

En cuanto mamá pronuncia esas palabras me alerto.

—¿De quiénes? —pregunto cauteloso.

Aunque realmente no me importa de quién, si hay muertes yo no cooperaré.

—Antes que todo quiero que sepan que cualquier víctima ya lo aceptó, no hay lugar a quejas. —Mamá usa toda su dureza en la voz, está claro que lo que sea que vayan a hacer ya está decidido.

—No puedes tirar una bomba y luego ignorar las preguntas. ¿Quiénes más? Explícate, mamá.

Yo no hubiera usado esa manera brusca pero de todas formas Emmy tiene razón. No soy impaciente pero parece importante y tengo los pelos de punta, me pongo nervioso muy fácil.

Mamá toma aire y mira con rudeza a mi hermana. Debe estar cansada de su frialdad.

—Quiero que pongas un poco de tacto en esto —le reprocha mamá con la voz entrecortada, sin duda esto es grave, pero mi hermana parece no darse cuenta de eso.

—No hay, no existe... Ups, no me queda. —Se mira las uñas pintadas en un perfecto azul oscuro y luego a mí—. ¿Tú ya sabes?

Niego y añade:

—Mamá, si no es molestia, quiero saber que es lo que pasa.

—Debemos contactarnos con Isobel Rousseau.

Bomba. A veces me sorprende la capacidad de tirar bombas que tiene mi madre.

—¿Quién es ella? —pregunto.

Calculo que es alguien de la familia pero específicamente no sé. Además se supone que todos los Rousseau están muertos, sin contar a los de la manada, obviamente.

—La primer elegida Rousseau.

Las risas de Emmaline no se hacen esperar dentro de las cuatro paredes. La miro molesto.