Fourty three

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  Caminamos en silencio hasta llegar a las hamacas. No vemos por ningún lado a los demás, así­ que suponemos que han regresado a las cabañas y ahora caminamos hacia ellas.
  Harry me acompaña hasta la mí­a, ya que seguramente Theo estará con Niall.
  —Espera —le digo antes de que toque.
  —¿Qué pasa?
  —Es solo que... tengo miedo de que esto vuelva a salirse de control —me siento en uno de los escalones que hay antes de la entrada. Él suspira y se sienta a mi lado.
  —No sé si irme esta vez —confiesa—. No quiero separarme de todos ustedes, en especial de ti, aunque creo que cuando estaba en Londres las cosas iban bien por acá, y mira lo que he provocado en tan solo un día —se ríe sin ganas—. No lo admitirás, pero he arruinado tu vida de una forma irreversible.
  No digo nada. No quiero negar que es cierto, porque de algún modo es lo que ha pasado, aunque no lo haya hecho con intención.
  —Gracias por acompañarme —toco la puerta y Niall abre.
  —Hola —me sonríe y lo abrazo.
  —¿Dónde está Theo? —le pregunta Harry.
  —Esta noche se fue con mis padres.
  —Eso significa que será una noche alocada —intenta hacer un bailecito, pero no le sale.
  —¿Qué fue eso? —me rí­o.
  —Hey, soy un gran bailarí­n y lo sabes.
  —Claaaaro. ¿Quieres estarte un rato con nosotros?
  —Gracias, pero no. Creo que iré un rato al bar que está al otro lado del balneario. Nos vemos, prometidos.
  —Adiós —nos despide Niall y cierra la puerta.
  Entro al baño y me doy un baño rápido, después salgo con una toalla enredada a mi cuerpo, en busca de ropa para dormir. Niall está acostado leyendo una revista o algo así­.
  Me termino de cambiar y me acuesto a su lado, él deja de leer y me mira sonriendo.
  —¿Cómo estuvieron las hamacas? —le pregunto.
  —Bien, aunque hiciste falta —besa mi mejilla.
  —Lo siento, tuvimos que ir con Logan.
  —Me hubiera gustado poder acompañarte —tomo su mano y entrelazo sus dedos con los míos.
  —No quería preocupar a Theo.
  —¿Y? ¿Qué es lo que encontraron?
  —Nada. Es decir, se ve que una persona fue la que hizo que me hundiera, pero no se le ve la cara ya que llevaba una sudadera con capucha.
  —¿Llevar sudadera dentro de una piscina? —frunce el ceño—. Eso sí­ que es raro.
  —Lo sé.
  Después de un rato más de estar platicando, Niall se queda dormido. Yo también quiero dormir, pero los nervios no me dejan hacerlo, así que agarro una chamarra de Niall y salgo en busca de la cabaña en la que están mis padres.
  La luz de la cabaña de Harry está encendida, supongo que ha regresado del bar. Miro que ha dejado una ventana abierta, y cuando me acerco veo que hay una sudadera ahí­, secándose con el aire de la noche ya que sigue algo húmeda.
  Una sudadera negra con capucha.

Criando a Theo Horan (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora