Estoy sentada en uno de los bancos del pasillo de la facultad durante la media hora de descanso. Me he comido unas galletas que he traído y ahora bebo agua fría de una botella. No traje nada más para desayunar y ahora me arrepiento, porque por mucho que beba agua voy a seguir con hambre. Me encuentro sola, hasta que Louis aparece en mi campo de visión. Viene hacia mí, con las manos en los bolsillos y mirando al suelo. Se deja caer sobre el banco, como si este fuera un colchón blandito, y se apoya tranquilamente sobre el respaldo. No hemos hablado mucho desde nuestra conversación de esta mañana. Entre clase y clase no hemos tenido tiempo y en mitad de las explicaciones es arriesgado ponerse a hablar, teniendo en cuenta que apenas conocemos a los nuevos profesores. A mí me inquieta estar en silencio, sin comentar nada acerca de lo ocurrido, así que saco el tema.
—¿Qué significa esto?
Levanta la vista y me mira con los ojos entrecerrados.
—¿Esto? —pregunta, con confusión.
—Lo que hablamos esta mañana —le aclaro, mientras jugueteo con la tapa de la botella.
—Pues... ¿Que me quiero casar contigo?
Le miro de inmediato. ¿Está de humor para bromitas?
—¿Qué?
—A ver... —Se coloca erguido y encoge los hombros—. Pues significa que hay buen rollo, ¿no? Como antes.
Como antes... Recuperar la "relación" que teníamos antes me agrada y me inquieta a partes iguales.
—Bueno, ahora es diferente porque eres famosa —continúa con los chistes.
—Buen rollo —repito, procesando sus palabras de antes.
—Exacto.
—Pero sin hacer las cosas que me molestan —puntualizo.
—¿Qué es lo que te molesta? —Me mira con interés—. Dímelo, para hacerlo más seguido.
—Idiota. —Le lanzo una mirada de incredulidad. Entonces, diviso una breve sonrisa por su parte.
A esto es a lo que se refiere. El buen rollo.
—Es broma —aclara.
—Nada de hackear mis cosas —le advierto, con más seriedad que hace un segundo.
—Lo siento —pronuncia, y su expresión también cambia, como la mía—. Te prometo que solo fue el correo. Bueno, y el ordenador para conseguir los documentos...
—Dios mío... —exclamo, más bien con la intención de que pare—. No quiero saber lo que hiciste, ni cómo lo hiciste.
—Solo fue eso, Stella. —Saca las manos de los bolsillos y se gira levemente hacia mí—. No me metí en tus redes sociales, ni en tus mensajes, ni en tus fotos...
—¿Sabes cómo hacer todo eso? —le interrumpo, impresionada y aterrada al mismo tiempo.
No me responde, solo me dedica esa mirada azul de misterio. Esas miradas que sustituyen las palabras. Claro que sabe hacer todo eso.
—Me das muchísimo miedo ahora mismo —admito en voz alta.
—No lo volveré a hacer.
—Joder, más te vale. —Resoplo y entonces me viene un pensamiento—. ¿Lo hiciste con tu novia alguna vez?
Recuerdo sus palabras. Me dijo que habían terminado mal. Quizá sí que hackeó a su propia novia y descubrió algo que hizo que cortaran.
—Claro que no —responde de inmediato—. Pero... todavía me sigo preguntando qué habría encontrado si lo hubiera hecho.
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Las novelas de Stella
FanfictionHabiendo salido muy pocas veces de su zona de confort, Stella se enfrenta a su primer año en la universidad. Llegan nuevas experiencias, nuevos compañeros y nuevas amistades, y pronto su vida se vuelve más parecida a todas las historias que ella inv...