39. Asesinos en serie

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—¡Vaya manera de cortarles el rollo! —exclama Erika, y sé que es ella porque la oigo de fondo. A pesar de tenerla al lado, mi mente sigue en otras cosas.

Estuvo escuchándome durante toda la entrevista. Escuchó mi respuesta sobre cómo "decidí" enviar mi historia a una editorial... y escuchó todas las demás. Ahora estoy más nerviosa que antes.

—Parecías una experta respondiendo entrevistas —añade mi amiga, y entonces me obligo a parpadear y a hacerle caso.

Sonrío. Todo pasó muy rápido y apenas recuerdo mis palabras, pero salí de allí con una buena sensación.

Termino de comerme el helado y observo en silencio la mesa. Mis tíos, mi prima, su novio, mis padres, Karlie, Erika... Somos muchos. Parece que celebramos un cumpleaños. Me siento extraña al pensar en que todo esto es porque yo finalmente haya publicado un libro y me hayan hecho mi primera entrevista.

A pesar de ser muchos en la mesa y de tener abiertas distintas conversaciones, yo reparo en Erika y en cómo de vez en cuando mira a Christian de reojo. No la culpo. Yo también lo miraba mucho siempre. Ahora menos. No porque no me siga pareciendo atractivo, sino porque tengo otra cosa en mente.

—Oye. —Erika me agarra del brazo de forma disimulada—. ¿Todo bien? Te vuelvo a notar dispersa.

—Estoy bien —respondo de forma automática—. Ir a la radio me tenía un poco nerviosa.

—Pues ya ha pasado —declara en mitad de esta conversación clandestina—. Puedes relajarte.

Respiro profundamente y le hago una mueca tranquilizadora.

☆☆☆

Cuando llego a casa siento que por fin asimilo la entrevista. Solo la entrevista. Lo otro todavía no. Me tumbo en la cama y entro en redes sociales. La cuenta de Instagram de la emisora de radio ha subido la foto que nos hemos sacado. Me han etiquetado y en el pie de foto me dan las gracias por haber estado con ellos. Hace una hora desde que la han subido y ya tiene casi 400 me gustas. Leo los comentarios y descubro a lectores y oyentes hablando sobre algunas de mis respuestas. También tengo 16 nuevos seguidores. Termino publicando la misma foto y dándole las gracias a ellos. Los me gustas no tardan nada en llegar.

Debería coger mi libreta de ideas y ponerme a escribir. Tengo muchas cosas que anotar últimamente.

—¿Erika también está pillada por el novio de Greta? —Karlie entra en mi habitación, y le miro con el ceño fruncido—. Se le nota.

Sonrío y niego con la cabeza.

—A mí me gusta —admite—, y a ti también.

Se tumba en mi cama con los pies en el aire, apoyados en la pared.

—Es atractivo. —Me encojo de hombros—. No te lo voy a negar.

—A veces tengo pensamientos impuros con él.

Me giro en la silla y la miro con los ojos muy abiertos. ¿Mi hermana pequeña dice qué?

—¿Y tu novio? —le recuerdo. Me resulta cómico decir que tiene novio cuando yo todavía la veo como una renacuaja recién salida de la barriga. Con esas paletas separadas y esos mofletes solo la hacen parecer más pequeña aún.

—Con él también tengo pensamientos impuros.

—¿Qué es eso de los pensamientos impuros? —La cabeza de mi madre asoma por el marco de mi puerta.

—¡Oye, mamá! ¡Privacidad! —se queja Karlie y le lanza uno de mis cojines.

Falla, pero al menos mi madre se marcha sin hacer más preguntas.

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