¡ERES MIO! ⱡ KookMin ⱡ

¿Qué hacemos?

Capítulo 45. 

A la mañana siguiente.

Pov. Jungkook.

La luz del sol nos anunciaba que un nuevo día había llegado. Jimin continuaba durmiendo.

— Despierta dormilón —dije mientras pellizcaba su nariz. Se removió un poco, pasó sus manos por su rostro.

— ¿Qué hora es? —me preguntó aun con los ojos cerrados.

— Hora de que estemos juntos para siempre. —Empezó a reír al escuchar mi respuesta y se abrazó a mi mientras el sonido agudo de su risa alegraba mi día.

Luego de permanecer abrazado a mi por un rato en el cual terminaba de despertar por completo, Jimin se levantó para ir al baño.

Salió del baño entrando a la habitación caminó a un lado de la cama para luego agacharse frente a su bolso y buscar algo en su interior, sacó una caja dorada con una tapa transparente que dejaba ver los treinta chocolates que contenía, se sentó sobre la cama y extendió la caja hacia mi diciéndome:

— Lo compré para ti, aunque en el momento no sabía cuándo te lo entregaría.

Acariciando su mano tomé la caja de bombones diciéndole ante su lindo gesto:

— Gracias Minie. — Para después dejar un casto beso en su frente con mucho cariño.

— Pensaste en mí aun cuando todo estaba mal entre nosotros. —Lo miré con nostalgia.

— Si —respondió a pesar de que no era una pregunta.

Adoré ese bonito detalle de su parte.

Miré la caja de chocolates con afecto, eran mis chocolates favoritos, la abrí y tomé un bombón para acercarlo hasta los hermosos labios del chico frente a mí.

Masticaba gustoso el chocolate que le di, enseguida él tomó uno e hizo lo mismo conmigo, lo puso en mi boca.

— Mmmm, ¡está delicioso! —afirmé deleitándome en el dulce sabor del chocolate relleno de arequipe. Jimin me continuaba mirando y disfrutaba de mi reacción.

Me acosté disfrutando el sabor del arequipe que se deshacía en mi boca rápidamente.

Cerré mis ojos por unos minutos y al abrirlos para mi sorpresa, él seguía mirándome, detallaba mis labios.

—Me gustan tus labios Kook —Dijo devorándolos con una mirada tentadora de arriba abajo, todo su ser emanaba sensualidad, y yo sonreí ante su coqueteo.

— Pues no eres el único, yo también amo los tuyos — Dije respondiéndole seductor, cosa que fue suficiente para que el me besara.

El beso achocolatado era más que delicioso.

— ¡No dejes de besarme! —le susurré en una súplica mirándo como se alejaba de mis labios para seguidamente acostarse a mi lado.

Me subí sobre él y continué con nuestro intercambio de miradas y besos intensos, detallé sus labios, sus cejas, sus ojos y cada detalle en su rostro. Me gusta este lunar que tienes aquí —dije señalando el lunar en su mejilla.

Me miró tímido y reí a causa de ello.

— Y a mi me gusta ese lunar que está bajo tu labio, me encanta —dijo para inmediatamente besarme con apasionamiento.