¿¿¿QUÉ CREES QUE HACES??? Mi pasado (7)

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Capítulo 53. 



Estaba en el salón de clases, pero no podía concentrarme, el profesor hablaba y yo no le entendía nada, sentía que ya nada importaba, las calases no tenían sentido, había cambiado todo para mí, el instituto dejó de ser la prioridad máxima en mi vida, mis notas empeoraron, asistía a clases, pero no hacía nada más que mirar las líneas aun no escritas del cuaderno, pasé de ser el primero de la clase al peor alumno en menos de unas semanas, ¿quién podía culparme? Estaba atravesando por uno de los momentos mas duros de mi vida. Los profesores no tardaron en notarlo, llamaban mi atención, me preguntaba qué me estaba pasando, yo estaba tan fuera de mí, tan abstraído que miraba todo sin interés, cualquier cosa podía pasar a mi alrededor y yo ni me inmutaba, continué inmerso en mí. Hoy pasaría a recoger mis cosas de la casa de la abuela para finalmente volver a casa, si a casa, esa casa...

Salí de clases, probablemente Minho esperaba por mí en la cafetería, dijo que estaría ahí esperando a que saliera de mi última clase, matemáticas, por primera vez me sentí perdido, sentí que la escuela no era lo mío, en los últimos días odiaba tanto la idea de ir al instituto, igual asistía, lo hacia por Minho, el me daba ánimos para continuar y no rendirme, pero yo sinceramente extrañaba a mamá, mi vida había dado un giro inesperado, un gran giro de 180 grados, continué caminando hacia la cafetería, en la lejanía pude divisar a Minho sentado en una mesa, él era el único allí, pues el lugar estaba vacío al igual que mi vida, al verme él se levantó extendiendo sus brazos, caminé hacia él, correspondí su gesto abrazándolo fuertemente.

— ¿Qué tal tu día?

— ¡Fatal!, no voy a mentirte cada día me siento peor. — Sentí su mano acariciando mi hombro al oír mi respuesta.

— Lo superarás, confío en ti. — Dijo positivo.

Se que para el todo era fácil, digo vivía sin padres, hacia lo que quería, no tenía ningún apego emocional o algún vínculo fuerte con ninguno de sus padres, así que no esperaba que entendiera cómo me estaba sintiendo, pero esas ganas de vivir que él tenía, no había momento en que no las sacara a relucir, me complementaba en este momento, ahora le agradezco tanto por esto, de no ser por el todo habría sido peor.

— ¿Quieres venir a mi casa? —Dijo amable tratando de evadir mi tristeza con una inesperada salida, como de costumbre, pero tenia que enfrentarla al menos hoy, aunque moría por escapar de todo.

— No. — Dije rudo captando toda su atención, me miraba con fijeza, luego tratando de suavizar mi respuesta añadí— Bueno, de querer ir, quiero, pero no puedo, tengo que ir a la casa de la abuela a recoger mis cosas, para finalmente ir a mi casa. — dije la última frase con dificultad sabía que no iba a ser fácil volver allí y no encontrar a mamá, miré al suelo esperando que él no me viera quebrarme, pero con lo atento que es, sé que se dio perfecta cuenta.

— ¿Quieres que te acompañe? Podemos ir juntos y recoger tus cosas.

— ¡No!... Estaré bien, puedo ir solo. — Dije fingiendo fortaleza, no quería preocuparlo.

— ¿Seguro? —Cuestionó, creo que de alguna manera el intuía que le mentía, que no estaba siendo sincero, pero yo de verdad no quería preocuparlo más, yo era su novio, no su caja de problemas.

— Si, estaré bien, descuida.

— Si cambias de opinión llámame, ¿si? —respondió de inmediato casi rogándome.

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