NOO. ¡No es cierto!

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Capítulo 51.


El camino hasta el hospital se hizo largo, cada segundo se sentía eterno, en mi mente solo había una gran preocupación, mi corazón intranquilo latía impetuoso sin frenos, el nudo en mi garganta me desesperaba. Tenía la vista perdida en el suelo gris de la larga carretera cuando de pronto me percaté de la mirada de Minho sobre mí.

De repente detuvo el auto aparcándolo a un lado de la carretera.

— ¿Qué haces? ¿por qué te detienes? —Le pregunté angustiado y confundido rompiendo con el silencio abrumador que me había encargado de mantener durante los quince minutos que llevábamos en camino al hospital.

Soltó el volante, miró hacia el frente para luego posar su mirada sobre mí.

— Jimin — dijo mi nombre capturando mi atención, — No sé lo que haya pasado, pero solo te diré que ante toda situación debes ser fuerte, y si no lo eres entonces, yo seré fuerte para ti. — su mirada traspasó todo mi ser y sus palabras llegaron justo a mi corazón. Se acercó a mí, me envolvió en sus fuertes brazos.

— Solo quiero que ellos estén bien. —dije finalmente quebrándome en llanto en su hombro, compartiendo mis sentimientos y gran preocupación— porque si no lo están, no sé qué será de mí. Ellos lo son todo para mí —finalicé alzando mi rostro buscando su mirada con desesperación.

Minho acarició mi cabello, pasó su mano sobre mis mejillas secando mis lágrimas, para seguidamente acercar su rostro al mío y besarme con suavidad y ternura.

Se alejó lentamente hasta reposar su espalda del respaldar del asiento. Colocó su mano en la manija de la puerta, la abrió y luego salió del auto, lo pude ver a través del cristal delantero rodear el auto para luego acercarse a la ventana de la puerta a mi derecha, me miró tras el cristal, miré hacia el frente mirando el tablero color crema, fijé mi vista en las letras que en relieve sobresalían en el, me quedé mirando la palabra AIRBAG, y de nuevo mi mente se quedó en blanco como si estuviera allí y a la vez no. Escuché el ligero golpe del cristal, volteé nuevamente, allí aún estaba Minho mirándome como si yo fuera su dulce, o algo así, demandando mi atención, bajé el vidrio, dirigí mi vista a su rostro, una sonrisa traviesa se formó en sus labios y mirándome dulce dijo:

¡Ven! —invitándome a salir del auto, pero yo no tenía ganas, sentí la brisa fría que secaba mis lágrimas.

— De verdad no quiero salir, solo quiero llegar al hospital.

— Jimin, no quiero verte así —dijo para luego adentrar su cabeza por la ventana y acosarme con su penetrante mirada, era lindo que intentara distraerme, pero aún me sentía muy inquieto por saber qué pasó.

— Jimin, por ti yo daría hasta mi vida si fuera necesario. — Ubiqué mi mirada en sus ojos, me perdí en ellos como la primera vez, su rostro se acercó al mío, podía sentir el cálido soplo de su respiración, también el me miraba directamente a los ojos, habían pasado siete maravillosos meses a su lado y sabía que él me amaba, cada segundo a mi lado me lo demostraba sin reserva, cariñoso alargo su brazo pasando su mano sobre mi cabello acariciándolo, para luego dirigir su vista a mis labios y besarme gradualmente, tomaba mis labios entre los suyos con tanta suavidad, sentía toda esa delicadeza al besarme y su contundente cariño hacia mí.

— ¡Vamos! Baja del auto —insistió, me bajé complaciéndolo, caminé hasta estar a su lado, pero en realidad no quería hacer nada más que llegar al bendito hospital, no sabía qué hacer, miré en todas las direcciones, me sentía perdido, aunque recobré mi sentido al estar a su lado, lo miré aun abstraído por todo, me tomó de la mano y me haló para que siguiera su paso, cruzamos al otro lado de la calle, entramos a una cafetería, decorada en el estilo de los 90, tomamos asiento en una mesa para dos cerca de la ventana, y a través de ella observaba el auto negro de Minho.

¡ERES MIO! ⱡ KookMin ⱡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora