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El chico entró en la habitación después de hacer una seña a los guardaespaldas que la custodiaban, los cuales le abrieron la puerta para que entrara. Lucas se ajustó la camisa y carraspeó antes de hacerlo, preparándose para encontrarse con el sujeto que le había traído tantos problemas en las últimas horas de aquella infernal noche que, según él, no podía ir a peor. Pero, nada más cruzar el umbral, notó un fuerte impacto de algo contra su cara, que no tuvo tiempo de esquivar debido a la velocidad y la oscuridad de la sala. Lucas se llevó sus manos al rostro, que se vio afectado por un dolor insoportable en la zona de su nariz. 

Dai Lin, que se había escondido tras la puerta, salió de su escondite justo cuando Lucas entró para darle un puñetazo en la nariz con tanta fuerza que tuvo que retirar su mano y sacudirla del dolor que le produjo.

Lucas soltó un gruñido, sin poder ni siquiera hablar por la intensidad del golpe y el daño. Se llevó ambas manos a los orificios cuando notó que un líquido salía y las miró para comprobar que un chorro de sangre le recorría de la nariz hasta los labios y el cuello.

— ¡AH! ¡JODER! ¡Ésta es la última vez que me agredes! ¡Me has destrozado la nariz!

Rápidamente Dai Lin cerró la puerta de la habitación y acudió a su lado, donde Lucas tenía la cabeza tirada hacia atrás para intentar detener la hemorragia sin éxito. El chico, al verla cerca, se echó hacia atrás asustado pero Dai Lin le examinó el rostro acercándose más.

— No estoy disgustada con el resultado, pero, créeme, el golpe no iba para ti.

— Ya. ¿Te has vuelto a confundir de hombre, no?  ¿Me tomas por imbécil?

— Sí. Creía que eras uno de esos seguratas. Uno ha entrado antes para decirme unas cuantas cosas no muy bonitas para después amenazarme con que me iba a... bueno, seguro que no te importa.— Dai Lin lo miró de brazos cruzados mientras Lucas se esparcía la sangre por la cara, intentando limpiarla torpemente con sus manos.— Siéntate.

Al ver que no le hacía caso le cogió de un brazo y le llevó hasta el sofá, donde lo sentó de un empujón. Lucas se quejó del dolor y Dai Lin fue al baño para coger un rollo de papel higiénico y cortar un trozo, que hizo una bola y le entregó al chico. Como Lucas tenía la cabeza mirando al techo, Dai Lin tuvo que quitarle la mano de la nariz para limpiarle ella la sangre, pero Lucas no se fio y, al ver sus intenciones, lo cogió y se lo colocó él solo con cuidado.

— Le diré a Kun lo que han hecho. Ninguno tenía orden de entrar aquí.

— Tranquilo, no es la primera vez que me amenazan así.

— No lo digo por ti.— Dijo volviendo a agachar la cabeza de manera natural para poder mirarla a los ojos.— Ni siquiera te conozco. Pero han desobedecido órdenes.

— Ahora que me fijo, tienes la nariz un poco...

— ¿Un poco qué?

— Torcida.— Se acercó a su rostro y él se tiró hacia atrás, pegándose al sofá, pero ella le puso una de sus manos sobre su antebrazo. Él se asustó por el repentino contacto físico, confuso.— Aprieta.

Dai Lin logró poner los dedos sobre su nariz, aunque él se intentaba resistir. Respiró hondo y, de un movimiento rápido, se la volvió a colocar en su sitio. Lucas soltó un ahullido de dolor y le apretó el brazo con toda su fuerza, dejando una marca roja alrededor de sus dedos. Entonces ella se apartó y le miró la cara para comprobar si la había dejado mejor o peor de lo que estaba. Él se llevó las manos al tabique del dolor y ella asintió satisfecha por su reparación.

— Listo.

Lucas se fijó entonces en el brazo de la chica, donde había dejado marca de manera involuntaria y entendió que se había ofrecido para calmar su dolor. De alguna manera sintió que aquello compensaba más o menos el puñetazo que le había dado. Ella se dio cuenta de que le estaba mirando y alzó una ceja.

El Host || WayV「Lucas」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora