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Tras limpiar el coche con pañuelos de papel y como el chico pudo, Lucas ayudó a Dai Lin a salir del coche sin marearse, agarrándola fuerte de la cintura con su brazo y conduciéndola hasta su casa. La chica, pese a ir algo mareada todavía y con ganas de que se acabara el mundo, sintió el tacto del chico por encima de su fino vestido y se sorprendió.

Lucas la subió hasta el piso y Lin seguía mareada y ayudándose del chico y las paredes del pasillo para avanzar. Él le pidió las llaves cuando llegaron a la puerta, porque era evidente que ella no podía hacerlo.

Dai Lin las buscó en su bolso y, al encontrarlas, las cogió con la mano y subió el brazo en alto, riéndose de Lucas para ver si jugaba con ella un rato y trataba de pillarlas. El chico la miró seriamente y se las volvió a pedir extendiendo su mano pero Lin negó con la cabeza y las escondió entre la espalda y su pared, con expresión divertida.

Lucas dio un paso más cerca de Lin y acercó su rostro con el ceño fruncido tan cerca de ella que por un momento pensó que iba a besarla, cortándole la respiración. Podía notar el roce de sus labios en el lóbulo de su oreja y una de sus manos acariciar su brazo.

La sonrisa en la boca de Dai Lin se esfumó y tragó saliva, nerviosa. Entonces se humedeció los labios para prepararse y buscar los suyos, pero Lucas resbaló su mano hasta la suya y le robó las llaves con rapidez. Después se apartó y la dejó ahí pegada a la pared mientras él abría la puerta y entraba dentro. Lin tuvo que esperar para recuperar el aliento por la tensión del momento y entró detrás de él. Sin duda aquello la había despejado un poco.

Al entrar vieron que todas las luces estaban apagadas e intentaron no hacer ruido para despertar a sus compañeras mientras se colaban en la habitación de Lin.

Cuando los dos entraron, cerraron la puerta detrás de sí, como si hubiesen logrado pasar una prueba, y suspiraron al mismo tiempo aliviados.

Dai Lin se dejó caer encima de la cama con la ropa puesta, el maquillaje y hasta los tacones que le daba pereza quitárselos, y se quejó de ellos. Lucas dio unas vueltas por la habitación observando todo, desde sus fotografías, sus discos de música, hasta sus posters, libros... Como la habitación no era muy grande, en seguida acabó y se sentó a su lado. Entonces se dio cuenta al verla de que lo mejor sería que se marchara para que pudiera descansar, así que se levantó para apagar la luz del interruptor.

— Espera.

La chica se levantó con mala cara, sentándose sobre las sábanas de la cama deshecha, la mirada perdida y el pelo enredado. Quería ponerse sobria antes de echarse a dormir y eso solo podía hacerlo si hablaba con alguien. Pero lo cierto era que tampoco quería que él se marchara. Una gran parte de ella se moría por probar a dormir con él, y no del modo de una noche y ya está, sino de esas en las que sabía si él era el chico indicado. En las que se hablaba toda la noche y se quedaban abrazados hasta dormirse.

— Quédate... quédate a mi lado.

Lucas se quedó pensativo en la puerta, pensando en si debía hacerlo o no, pero lo cierto era que no podía soportar negarse, porque quería pasar con ella el máximo tiempo posible antes de que acabara el día.

El chico apagó la luz y se arrimó a la cama, quitándose la chaqueta para dejarla tirada en el suelo y acostarse a su lado mirando al techo.

— Me dijiste que querías conocerme mejor.— Dijo de pronto ella, sobresaltando al chico.— Te contaré una cosa sobre mí que pocos saben. Puedes aprovechar ahora que estoy borracha para hacerme preguntas que sobria no te voy a contestar. Mi sentido del ridículo ya ha pasado la raya después de esta noche.

— Me da miedo preguntarte.

— Pues entonces hablaré yo.— Dai Lin vio por el rabillo del ojo que el chico volteaba su cuerpo hacia ella y, al ver que había captado su atención, comenzó a contarle.— Mi vida en el instituto fue... por así decirlo difícil. Daba asco. Por suerte tenía a Yanmei a mi lado, que odiaba tanto a sus padres y el colegio como yo.

El Host || WayV「Lucas」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora