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Ambos forcejearon con todas sus fuerzas hacia un lado y hacia el otro, una para dentro y el otro para afuera, tirando de la puerta hasta que Dai Lin cedió y le dejó entrar para caer al suelo de rodillas de la tracción. Lucas ni siquiera se molestó en reaccionar a su golpe y se arrastró con las rodillas hasta donde estaba ella, pero Lin no quería escucharle.

Una vez estuvo frente a ella, se puso de pie y le bloqueó con su cuerpo todas las salidas a su alrededor para que no huyese, colocando sus grandes manos sobre sus hombros. Entonces ella le miró a los ojos y se dio cuenta de que estaban entrando en pánico, sus pupilas temblaban levemente y el chico no se daba cuenta de que le estaba haciendo un poco de daño cogiéndola de esa manera, pero solo intentaba hablar.

— ¡No! Soy su acompañante de gala, pero solo para promocionar el club entre los adinerados, por órdenes de la madre de Kun. Estos ricos pican cualquier anzuelo, les sobra la pasta... ¿Por qué te enfadas tanto? ¡Te juro que es solo por trabajo!

Algo dentro de Dai Lin se aflojó un poco y le dejó quedarse en calma, relajando su corazón tenso con el aire que exhalaba. Le creía porque había aprendido a diferenciar cuando decía la verdad de cuando mentía, aunque seguía estando molesta consigo misma por haber entendido mal la situación, y con él, por haberla estado evitando cuando realmente parecía que le importaba. O también podía ser que fuera un excelente actor y estuviera fingiendo sus emociones perfectamente, como si ella fuera una más de sus clientas habituales del club.

La chica torció el labio y se cruzó de brazos.

— No quiero saber nada.

— Es solo trabajo. ¿Y qué haces tú aquí? ¿Vendiendo algo?

— Eres un gilipollas.

— Pero oye, para un momento,— la soltó él aflojando el agarre después de quedarse pensativo y abrir mucho los ojos— ¿has dicho... que es tu hermana? ¿Tú eres su hermana? ¿Son...? Lin, ¿son tu familia?

— Déjame. Tengo que volver, — se abrazó los hombros con sus propios brazos para sentirse más reconfortada, o quizá era que le faltaba la presencia de las manos de él ahí— mi madre me estará esperando y tu pareja también.

— Dai Lin...

La chica abandonó la habitación antes de darle tiempo a elaborar otra respuesta que no le apetecía escuchar en ese momento. Cruzó los pasillos y bajó por las escaleras para volver a mezclarse entre la multitud.

Estaba triste y se sentía vacía de tanto llorar. Tomó un vaso de champán que servían y se tomó toda la copa de un trago para notar el efecto del alcohol, caliente en su sangre, para poder soportar el resto de la noche. No le hacía falta ver cómo los invitados la miraban para ver que sus pintas no eran nada buenas y, seguramente, se le habría corrido todo el maquillaje de llorar y deshecho el peinado de correr.

Pero ya nada de eso le importaba porque tenía un nuevo objetivo en mente. Y la veía pavonearse de un lado para otro con su falsa sonrisa hacia la gente. Se creía tan elegante, atractiva y talentosa que a Lin le dieron ganas de vomitar en su vestido y pegarle con sus puños desnudos, sin nada más. Pero pensó que sería más clásico y "apropiado" apuñalarla con su lengua afilada, porque no necesitaba nada más.

Entonces Lucas apareció a su lado y volvió a tomarla del brazo como si nada hubiese sucedido solo unos minutos atrás, entre ellos. Una punzada de celos se clavó en su corazón y dejó la copa vacía de cristal encima de una de las mesas, apoyándose en ella. Notaba que Lucas le observaba con ojos tristes de reojo, de vez en cuando, y eso era demasiado doloroso.

En un momento de la velada Lin no pudo soportarlo más y fue directa hacia su hermana, empujando a la gente a su alrededor para abrirse paso, que se quejaba de su comportamiento y la miraban con desagrado.

Ella se volvió hacia Dai Lin, dejando de hablar con una mujer de manera falsamente educada y la miró de arriba a abajo para después reírse de ella.

— Hola, Lin. ¿Ya te sientes bien después de acaparar todo el foco de atención viniendo disfrazada de payasa?

— Después de no haberme visto por años, ¿eso es lo mejor que se te ocurre, hermanita? No es propio de ti.— Lin entrecerró los ojos y no se mordió la lengua para callarse.— De pequeña eras más imaginativa con tus insultos.

— He madurado. Cosa que tú deberías haber hecho hace tiempo en vez de escaparte de casa.

Tras un incómodo silencio, Lin pasó su mirada a Lucas, que permanecía de pie a su lado sin decir una palabra, solo mirándola con cara seria.

— Ah, ¿qué, ahora? ¿Te gusta mi acompañante?— Lin enfureció su mirada y apretó los puños al oírla y verla agarrarse más cerca de él.— Él es Lucas y es modelo.

— Encantado.— Fingió él poniendo un tono de voz más grave de lo normal y evitando el contacto visual con ella, estirando su brazo para darle un apretón de manos que Lin rechazó, volviéndose hacia su hermana.

— Papá deberá estar orgulloso de que salgas con un modelo.

Su hermana mayor soltó su brazo disimuladamente y Lin sonrió, habiendo obtenido justo lo que quería, porque sabía que ella era demasiado hipócrita como para caer en su trampa.

— Bueno, ¿y en qué estás trabajando ahora, Lin? Te tendrás que mantener de alguna manera para sobrevivir en la calle.

— Es un trabajo muy interesante. Pero quizá no para ti.

Lucas alzó la mirada, preocupado por lo que Lin era capaz de decir y las interrumpió diciendo que iba a ir al baño, pero la hermana de Lin no le dejó, volviendo a agarrarle del brazo para que no escapara con la excusa de que se sentía mareada.

— Oh, no, nos encantaría escucharte.

— ¿Sí? Pues soy prostituta, ¿qué te parece?

Su hermana se llevó una mano a los labios, escandalizada porque hubiera dicho aquello en alto y después frunció sus cejas muy enfadada.

— ¡¿Cómo dices, maldita loca?! ¿Sabes qué es lo peor? Que no me sorprende. Siempre has sido de ese tipo. Espero que tu amiguita esté muy orgullosa de ti, porque será la única en tu familia.

— Ah, créeme. No me hace falta la aprobación de nadie más y menos la tuya.

— Oh, ¡y no la tendrás! Ni siquiera tienes la de mamá, por mucho que te haga creer que tienes su apoyo. Ella te odia tanto como nosotros.

— Creo que deberíamos ir a saludar a los demás invitados.— Interrumpió Lucas, con una sonrisa forzada, al ver que las cosas entre ambas se estaban poniendo tensas y algo violentas.

— ¿Qué te he dicho antes? Tú también puedes meterte con esta pedazo de basura, que encima, ha resultado ser una puta.

— ¡Cuánta clase! ¿Hace cuánto que estáis saliendo?

— A ti qué te importa.

— Nada, nada. Es que me parece que he visto a "tu acompañante" en alguna parte... como por la zona en la que trabajo.— Le contestó con una sonrisa de suficiencia viendo el rostro horrorizado de su hermana y la cara de pánico de Lucas.— Pues espero que Lucas, aunque le hayas contratado, te dure más que los otros y no te engañe por ser insoportable.

— ¡¿Cómo sabes su nombre?! ¿Le conoces?

— Trabajamos de lo mismo, hermana.

La hermana de Lin soltó una pequeña risa histérica de autocompasión y miró a Lucas como diciendo que ya hablarían seriamente. Lin dio media vuelta y salió corriendo cogiendo de las puntas de su vestido para no arrastrarlo y que se metiera en su camino. Así, Lin huyó de la fiesta después de recoger su bolsa y salir a la calle.

No se sentía mejor después de haber huido o haber peleado con su hermana, de hecho, tenía el corazón roto y le dolía. Porque se dio cuenta de que ella perfectamente podía haber tenido su misma vida, con su violín, su fama, su dinero y el chico del que estaba acompañada, pero era tan infeliz como lo era su hermana, aunque fingiera lo contrario.

El Host || WayV「Lucas」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora