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Yanmei estaba tumbada en el sofá, con un cojín bajo su cabeza y otro en su abdomen, sujetando su teléfono móvil, del que veía una serie mientras con las manos sujetaba un bote de palomitas dulces.

Dai Lin, que se encontraba sentada en la otra parte, con los pies de su amiga en su regazo, pegó bostezó mientras miraba lo que fuera que estuvieran haciendo en la pequeña televisión que tenían en la sala común.

— Podías bajar a comprar churros...

— ¿Churros?— Lin miró a Mei con cara de preocupación.— Son las dos y media de la noche. ¿Por qué tienes las pupilas tan...? ¡Yanmei!

— ¿Qué? No he fumado nada fuera de lo común.— Su amiga sonrío al verla en aquel estado y Mei rodó por el sofá.— Y me apetecen muchísimo, pero tenemos la nevera vacía. Ah, ¿qué tal fue tu segunda cita?

— Pues...

Antes de que pudiera contestar un mensaje nuevo sonó en su móvil. Lin lo cogió para ver quién podía contactarle a esas horas de la noche. No podía ser un cliente porque todos sabían que se habían quedado sin existencias hasta nuevo aviso. Mei le puso cara de complice, pensando que era el supuesto chico con el que estaba teniendo esas citas falsas.

Pero en realidad, y para sorpresa de Lin, eran unos mensajes de Kun. Le decían que si estaba despierta, fuera al club en cuanto pudiera, porque sería apropiado que viera cómo trabajaban.

Lin, que no supo cómo decirle que no y no tenía ganas de pensar en otra cosa más que en apagar la tele e irse a dormir a su cuarto, puso una nueva excusa a su amiga y se fue hacia allá.

Sus ojos se entrecerraban de sueño hasta que las luces destelleantes de los carteles y el ambiente de fiesta de la cola del club la despejaron. Una vez allí entró sin necesidad de decirle nada a los seguratas.

Por suerte, aquella noche habían menos personas que la primera vez que fue, y pudo encontrar a Kun fácilmente detrás de la barra hablando con Hendery.

— Hola. Me has dicho que viniera.

Hendery le echó una mirada y la saludó secamente con la cabeza antes de continuar sirviendo bebidas, pero Kun se volvió hacia ella, apoyó los brazos en la barra, tiró su cuerpo hacia delante para poder escucharle mejor por encima de la música, y le sonrió con sus dientes blancos y su perfecta postura ensayada. Las mujeres a su alrededor la miraron con celos y pudo notar sus comentarios despectivos hacia ella, pero no le importó nada.

— Gracias por venir. Por favor, busca a Lucas. No sé exactamente dónde está, pero creo que la última vez lo vi en el baño del segundo piso. Él te enseñará, dile que vas de mi parte.

Dai Lin le asintió y, tras subir por las escaleras al piso segundo, entró al único baño que había señalizado, el cual era de mujeres, suponiendo que puede que estuviera allí.

Cuando abrió la puerta, en la pared al lado de los grifos, había una chica unos años más mayor que ella, vestida con unos pantalones cortos ajustados y un top que dejaba entrever más de lo que Lin quería. Estaba pegada a la pared, con un brazo sobre la cadera de un chico, que la tenía encerrada contra su cuerpo.

Dai Lin se quedó quieta como una roca al ver mejor quién era el chico que estaba tan cerca de ella. Llevaba puesta una camiseta negra sin mangas, de tirantes muy anchos, que dejaban ver su cuerpo debajo de sus brazos hasta sus costillas. Dos largos collares plateados colgaban de su cuello al agacharse hacia la chica. Llevaba un cinturón de cuero del mismo color atado a su cadera que sujetaba sus pantalones vaqueros rasgados.

La chica, al notar por fin que Dai Lin había entrado, le susurró algo al oído al chico y se fue por la puerta, esquivándola.

Lucas, entonces, se volvió hacia ella y se dio cuenta de que estaba ahí, de brazos cruzados. Sus ojos estaban rojos y parecían que no se creía que realmente estaba allí de pie, frente a él. Entonces su sonrisa desapareció y se echó el pelo sudado hacia atrás.

El Host || WayV「Lucas」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora