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Al llegar al club, Dai Lin vio a Hendery limpiando la barra, con el pelo atado en su nuca por una coleta. Delante de él estaba Xiaojun que le hablaba de algo serio sentado desde uno de los taburetes. Pudo notar cómo sus miradas se giraron hacia ella y la tensión que desprendían. Xiaojun calló de pronto y Hendery dejó de limpiar con el trapo para ponérselo sobre el hombro, apoyando las manos sobre la barra.

Lin tragó saliva algo intimidada y agachó la cabeza a modo de saludo, sin querer detenerse allí. Sus miradas la acompañaron hasta que entró en el pasillo principal, donde ya no les veía y pudo volver respirar normal. Estaba claro que no querían que ella estuviera en el club, pero no eran los únicos. Desde que llegó, Ten, Hendery y Xiaojun la miraban como si fuera una presa a la que quisieran dar caza en cualquier momento, atentos a cualquier movimiento en falso para lanzarse vorazmente a su cuello.

Fue a entrar en la sala de reuniones cuando dio con alguien que salía de ella.

— ¿Por qué estás en todas partes?

— Lo dices como si no quieras verme.— Lucas le sonrió de medio lado y se quitó sus lentes de sol amarillas para observarla de arriba a abajo.— ¿Qué son esos zapatos?

— ¿Qué les pasa?

— ¿Quién te los regaló, tu abuela?— Puso cara de asco al ver sus zapatillas desgastadas, arrogantemente, para volver a ponerse las gafas como si le deslumbraran.— Qué horteras.

— Aj, me voy. No vale la pena discutir contigo.

— ¿Entonces a qué has venido? No recuerdo haberte pedido anoche que lo hicieras.

— No estoy aquí por ti.— Le dijo apartándolo para poder entrar en la sala.

Cerró la puerta detrás de ella para que Lucas no escuchara lo que tuviera que decir. Dentro, vio que Winwin y Kun mantenían una conversación privada por lo cerca que estaban y sus caras de preocupación.

Dai Lin, que no quería interrumpirles o escuchar algo que no debía, carraspeó su garganta y ambos se giraron hacia ella. Discretamente, Winwin se despidió de Kun y caminó hacia Lin con una sonrisa y las manos cogidas por detrás de la espalda.

— ¿Qué tal fue ayer el trabajo?— Le preguntó Dai Lin con interés, sonriéndole de vuelta.

— Bien, bien, como siempre. ¿Y tú qué tal con Lucas? ¿Se portó decentemente?

— Bueno, digamos que como siempre. Cuando te fuiste...— Al principio dudó de si realmente decirlo, dejando la frase en el aire, pero no pudo evitar decirle la verdad al mirarle a los ojos, con las mejillas algo rosadas— eché un poco de menos que me enseñases este lugar.

— Pues cuando quieras podemos seguir. Hay un sitio que me gustaría enseñarte.

Lin le asintió, contenta de poder seguir su pequeño tour con la compañía de Winwin, la cual deseaba tener. El chico se despidió de ella con una reverencia y se marchó. Entonces la pequeña felicidad que le había proporcionado se fue, cambiando la expresión de su rostro.

— Lin, quiero hablar contigo un segundo, si te parece bien. Es para firmar un contrato y hacer esto lo más legal posible.

— Bien.

Lin cruzó la sala, decidida, hasta llegar a la mesa donde estaba él, ordenando unos papeles para alinearlos. Kun, que parecía nervioso por algún motivo, arremangándose las mangas de su traje, le indicó dónde tenía que firmar señalando un hueco de las hojas y le tendió una pluma que llevaba en el bolsillo.

Dai Lin le quitó la tapa y se agachó para firmarlo, pero había algo que le reconcomía la cabeza y no la dejaba en paz. Miró a Kun de reojo, el cual estaba esperando a que firmara con la mirada perdida.

Lo que pasó la noche anterior. Por eso había ido hasta ahí.

No iba a consentir que nadie la utilizara como una marioneta para su propio uso como le pareciera. Había dejado esa vida mucho tiempo atrás.

Lin cerró el bolígrafo con la tapa y lo dejó sobre la mesa con un golpe. Kun entonces volvió a sus sentidos, asustándose por el ruido y frunció el ceño, confuso. Entonces Lin le cogió de la camisa bajo su traje y lo atrajo hasta ella, acercándolo para hablarle claramente.

— Escúchame bien. No pienso ser la niñera de nadie. Nosotros acordamos que sería una host y aprendería de Lucas.— Sus miradas estaban lo suficientemente cerca como para transmitirle la información de manera clara.— Nada más, ¿queda claro? Odio que me engañen y me utilicen.

— ¿De qué estás hablando, Lin?— Kun se había llevado las manos a su cuello, asustado, tratando de deshacerse de su agarre, pero no pudo.— ¿Cuándo te he utilizado?

— Anoche mismo me pediste que fuera al club a las dos y media de la noche solo para controlar al estúpido de Lucas.

— No fue así. Te lo puedo asegurar. Le dije a Lucas que te avisase unas horas antes y te enseñase, pero se le debió haber olvidado y por eso te avisé yo. Por favor, suéltame.

Lin le soltó de mala gana, pero aquello le pareció una excusa para echarle la culpa al otro. Kun respiró una bocanada de aire, volviéndose a abrochar los botones de la camisa que Lin le había desabrochado de la fuerza sin querer y se alejó un poco de ella.

— Seguramente estaba pasadísimo, como siempre. Maldita sea.

— Entonces fue todo invención del inútil de Lucas...— Lin recordó lo borracho que parecía cuando le encontró en el baño y todas las piezas le encajaron, además de que Kun parecía del tipo responsable que no rompería un plato.— ¡voy a...!

— ¡Espera!— La detuvo él con el brazo antes de que se fuera.— ¡Primero firma los papeles y después mátale, porque si no lo haces tú lo haré yo!

— Lo siento mucho, Kun. De verdad. No pretendía hacerte daño. Solo quería advertirte, pero ya veo que no fue tu culpa.

— Tranquila, estabas enfadada por culpa del imbécil de Wong. Te ha hecho creer que yo hice eso solo para controlarle porque no soporta tener ninguna responsabilidad.

Lin volvió a coger el bolígrafo y firmar donde le había indicado previamente, mordiéndose el labio inferior esperando que Kun no le hubiese cogido miedo después de aquello.

— De verdad que lo siento. Y te agradezco que me comprendas y me ayudes. Tengo un pronto algo agresivo... pero es por la vida que he tenido. Lo siento.

— Mientras tornes toda esa ira hacia Lucas y no hacia mí, estamos bien.

Kun recogió los papeles y se fue rápidamente, dejando a Lin allí sola, dándose una palmada contra la frente al haber sido tan tonta de haber confundido la situación.

El Host || WayV「Lucas」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora