cuarenta y siete

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No estaba segura si lo que le dijo Pier fue un consejo,una advertencia o sólo una opinión,
pero lo reflexionaria más tarde. En eso momento debía atender la llamada de su hermano. Se dirigió hacia el "Golden Center" el edificio más alto de la ciudad. Sin embargo,debía ser discreta al ingresar. Mary siempre portaba algunos implementos que le permitieran disfrazarse, pero en esa oportunidad como salió rápido de la casa,no llevó su bolso así que se quedó en las inmediaciones del edificio, buscando la forma de entrar sin ser advertida. Entró en una tienda,distraidamente,cuando una mano en su hombro la hizo voltear. Ahí estaba él, con esa sonrisa cálida en los labios y la mirada condescendiente que ponía cada vez que la contemplaba.

-Whis-balbuceo Mary,algo sorprendida.

-Buen día,Mary-le dijo él.

-¿Qué haces aquí?

-Lo mismo que usted-le respondió Whis.

La miró de pies a cabeza. El deseo de abrazarla le era difícil de contener,pero ya no tenía esa libertad. Ya no podía tocarla, mucho menos besarla aunque se estaba muriendo por hacerlo. Había ahora una barrera invisible entre los dos. Un muro alzado por él,en su cobardía. Debió quedarse junto a ella hasta el último de los días que estuviera en ese mundo.Debió abrazarla más fuerte que nunca cuando ella,se enteró de la noticia más terrible de su vida y debió ser él,quien le brindara la protección y la comprensión. Esos ojos que lo miraban suavemente,ahora lo veían duros y fríos.

-Sólo le conté a Bills y mi hermano que Vento fue el que me hizo perder a mi hija,tú no tenías forma de saberlo,pero ahora entiendo.Todo este tiempo ustedes dos han mantenido comunicación y han estado intercambiando información.

-No se enfade con su hermano,fui yo quien insistió. Todos tenemos el mismo objetivo-le dijo Whis-Ahora podemos entrar ambos a ese edificio si quiere.

-¿Tienes alguna idea?-le preguntó la muchacha.

Whis se sonrió. Las alcantarillas no eran ningún paseo por el parque,pero ciertamente fueron un buen método para llegar a la puerta se servicio que daba al callejón. De ahí alcanzar el ascensor que usaban los empleados fue sencillo. Era uno pequeño y cada quien ocupó un extremo. Debían subir más de sesenta pisos y aquello tomaba un buen tiempo. Suficiente para hablar,mas Mary no estaba interesada en establecer diálogos con Whis,quien la vio ponerse los audífonos. Ni Siquiera lo miraba. Él, en cambio, no le sacaba los ojos de encima ¿Podia perder algo si lo intentaba? No,ya no podía perder nada,pues nada tenía.Se sacó las mano de los bolsillos y fue hasta ella, para quitarle con cuidado esos odiosos artefactos.

-¿Qué haces?

-Quiero que me escuche,por favor.

-No tenemos nada de que hablar-le dijo Mary e intento apartarse de él.

Whis puso su brazo contra el muro para cerrarle el paso y repitió la maniobra con el otro dejándola acorralada.

-¿Qué quieres?-le preguntó la muchacha.

-Que me escuche...

-Whis...Lo hecho,hecho está. No puedes remediarlo. No va a cambiar porque pidas perdón. No va a cambiar porque te arrepientas-le dijo la muchacha-No te guardo rencor por lo que hiciste o lo que no hiciste. Me decepcionaste nada más.Ahora apártate.

Whis la dejó pasar para que se ubicará del otro lado.

-Te amo,Mary-le dijo Whis con sinceridad y casi que como una suplica.

-Eso no cambia absolutamente nada...

-Sé que no puedo cambiar lo que hice,pero necesito una oportunidad para...

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