Cuarenta y uno

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Whis asistiría a ese evento por ser  el modelo escogido para la campaña publicitaria. Asistiría porque mucho tenía que ver con lo planeado,pero también porque moría por verla. Más que cualquier cosa en el universo,el suyo o el nuestro,Whis quería verla,abrazarla,besarla,oir su voz y tener esos ojos fijos en él. Porque esos ojos eran un bosque para todos salvo para él. Cuando ella lo miraba eran campos de pastos tiernos bañados por el sol y la mejor parte es que se tornaban así sólo para su persona y de estúpido los perdió.

Había pasado la noche en vela así que mientras Pier conducía a ese sitio en las montañas,Whis dormito recargado contra la ventanilla del auto y otra vez tuvo ese sueño en que ella se entregaba a Bills.Abrió los ojos con una expresión feroz que se quedó ahí un tiempo.

-¿Un mal sueño?-le preguntó Pier, pero él no respondió-A veces nuestros sueños son sólo reflejo de nuestro tormentos ¿Qué te preocupa? Apostaría que lo que sea tiene forma de mujer.

Whis lo miró y luego apartó de él sus ojos.

-Esa mujer es fuego,Whis. Las personas que son como ella son a todo o nada. Te aman o te odian;no tienen puntos medios. Son fuego tranquilo como el de las chimeneas,fuego que brinda calor y protección o son incendio voraz que arrasa con todo a su paso.Son vida que respira y consume,son de los que dejan huellas perpetuas en la piel y el alma-le dijo Pier ganándose la atención del ángel-Y tú eres como el hielo. Tranquilo,silencioso y terrible. Las personas que son como el hielo parecen calmas,
pero explorarlos puede llevar a una aventura con paisajes extraordinarios,pues guardan parajes inexplorados de singulares y frágiles bellezas,o la muerte. Te preguntarás que tienen en común el hielo y el fuego,pues que ambos queman.

Whis guardo silencio y miró a través de la ventana, otra vez ¿Qué estará haciendo? Se preguntaba y se la imagino durmiendo.Era todavía muy temprano. Seguramente estaba abrazándo la almohada,tenia esa costumbre y debía tener el cabello revuelto. Se sonrió y cerro los ojos para dormitar otra vez.

En efecto Mary dormia. Se levantó un poco tarde para irse a ese centro deportivo o lo que fuera donde estaría ese sujeto. Se puso de acuerdo con su hermano y partió vestida con un elegante, pero casual vestido color negro hacia aquel evento. Se despidio de ambos con una tenue sonrisa, pero evito ver a Bills al salir.

Muchas de las horas de la noche las dedicó a reflexionar sobre las palabras que él le dijo. "Un buen sujeto" eso pensaba Mary honestamente de Bills,pero más allá de eso no había mucho. Un ser extraño de un mundo distante,con sus intereses probablemente incomprensibles para ella,como los de ella le debían resultar irrelevantes él. Pero esa conversación le reveló que estaba equivocada y Bills podia sentir y pensar de una forma semejante a la humana,si es que no igual. Lo peor es que esas palabras le provocaron una incomodidad extraña y su mirada tenía algo distinto a la habitual,algo que la estremeció. Quizá fue sólo darse cuenta de lo mucho que se parecían y que por tanto él,podía entenderla bastante bien o tal vez sintió que nunca le dió a Bills la atención pertinente respecto de lo que este podia estar experimentando en su situación o bien...

Las restantes horas se las robó Whis. Su voz a través del teléfono la hizo sentir su congoja y el deseo de tenerlo entre sus brazos para apartarlo de sus dolores le impidió dormir. No lo había dicho a alguien,mas lo extrañaba bastante y pensaba en él más seguido de lo que debería. Sentía un cosquilleo en el estómago de sólo saber que lo vería le gustara o no,pero si algo no hacía Mary era retroceder. Ella seguía de frente sin lamer sus heridas si quiera. Quizá no era lo correcto,pero así era como las cosas funcioanaban para la muchacha.

En una esquina de la ciudad se detuvo para que un hombre de unos treinta años,moreno de rizos oscuros y ojos claros subiera a su auto. Llevaba un traje formal y su nombre era Santiago. Un sujeto que conoció una vez y que si antes no llamó amigo tampoco lo haría ahora, pues Santiago era un estafador muy hábil que si bien había sido encarcelado varias veces,nunca lograron probarle nada por lo que quedaba en libertad. Se guardaban un respeto profesional por así decirlo y alguna vez trabajaron juntos por un bien mayor. Ella lo había llamado para que la acompañara a ese lugar. El motivo es que Santiago podía venderle leche a una vaca y era un buen tirador. No le dió mucho detalles,si los suficientes.

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