Treinta y Nueve

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¿Cómo llegaron al cuarto? Dejándose llevar por el despecho y el deseo se podría decir. Él la deseaba desde hace tanto,ella quería simplemente borrarse las caricias de Whis de la piel y cuando Bills,le hizo saber lo que sentía por ella,una cosa llevó a la otra y terminaron allí,
desahogandose en la oscuridad de aquella habitación. Bills podía tener un aspecto peculiar,pero seguía siendo un hombre en muchos formas y la llevó hasta allí cuidando cada movimiento, porque,si bien sentía por Mary un anhelo vehemente,también habían surgido sentimientos fervientes, por lo que quería tratarla lo mejor posible. No era un bruto como podían muchos pensar o creer,podía volverse suave y delicado si tenía un buen motivo y tenerla entre sus brazos era más que un buen motivo.
Quería demostrarle,a su manera, que él,podía brindarle también todo eso que encontró,ella,en Whis y que a diferencia suya,él no renunciaría jamás y mientras se aferraba a esa espalda desnuda donde dejo su marca, disfrutaba el contacto de los tibios pechos de la mujer contra su cuerpo,inundandose del exuberante aroma que desprendía esa piel y cabello,el que apartó de su hombro para saborear esa zona,donde antes reposo el ángel y desde esa posición, mirar con triunfo y lujuria,por ella,al silencioso espectador que no pudo tolerar más y grito:

-¡Sueltela!

Whis quedó sentado en la cama jadeando y sudando como si hubiera escapado del infierno.
Se levantó y fue al baño para lavarse la cara y apartar de su mente esas visiones,que no estaba seguro a que vinieron exactamente. Miró su reflejo en el espejo y se palmeo las mejillas para despertar de una vez.

-No...Ellos no harían algo así-se dijo con seguridad,pero con tristeza.

Al despertar Mary, descubrió que se había dormido llorando sobre el hombro de Bills y este seguía ahí sólo que dormia profundamente  con las manos tras la cabeza. Se levantó despacio,procurando no despertarlo y se fue hacia el baño. Mirarse en el espejo fue extraño porque su cabello blanco le causó un tristeza y nostalgia. Entendió,sin que nadie le dijera, que ese cabello blanco fue el motivo por el cual sobrevivió a todo lo que pasó,del mismo modo sabía que con el tiempo volvería su color natural así como todos los días junto a Whis serían sólo recuerdos. Respiró profundo y se metió a la ducha para quedarse bajo el agua casi por una hora. Al salir fue a su habitación en busca de un atuendo y se enfundo de negro, como era su costumbre,se hizo en el cabello una cola y se puso unos mitones de cuero. Volvió a la sala,Bills no estaba ahí sino en la cocina. Se había vuelto más independiente y como dije una vez había aprendido a preparar algunas cosas como el desayuno. Egoistamente siempre cocinaba para él,esta vez hizo una excepción al hacerlo para ella también.

-Si no quieres,no comas-le dijo el dios, al ver como ella miraba la comida.

-No es eso,es que cuando llegaste te quejabas de todo y siempre querías que te atendieran y ahora...Has cambiado-le dijo Mary.

Bills apartó la vista de ella. Ciertamente había cambiado un poco. Se sonrió nada más.

-¿Por qué te quedaste?-le preguntó la muchacha-Si yo hubiera sido tú,hubiera seguido a mi maestro...

-Whis está equivocado,eso creo-le dijo secamente-Por eso me quedo,además sería desagradecido de mi parte dejarte sola ahora.

-Eres un buen tipo Bills-le dijo ella poniendo una tostada en su boca-Me alegra que te quedes,
pero debo hacerte una pregunta ¿Confías en mi?

-¿Qué estas tramando,Mary?

-Sólo responde ¿confías en mi?

-Si-contestó Bills algo intrigado.

-Me alegra saberlo-dijo ella y fue hasta un gabinete de la cocina.

Sacó de allí un teléfono celular algo antiguo y lo conecto a un cargador,para media hora después hacer una llamada desde ahí. No le explicó mucho a Bills, mas este no se sentía para nada intranquilo con lo que fuera que estuviera planeando esa mujer,si con lo que debía contarle.Iba a decircelo cuando sonó el timbre. Se trataba de Belmont,quien traia sus maletas. Se sentó a la mesa con ellos y tras algunas palabras triviales entraron en materia de lo que realmente los convocó allí a los tres.

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