33. Promesa

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Harry

Dejo salir un suspiro cansado y observo la espalda desnuda de Alison. Sus ojos cerrados son toda la señal que necesito para poder irme de aquí. La conozco y sé que una vez que se duerme después del sexo no hay poder humano que la levante.

Me pongo de pie a la vez que recojo mi bóxer y pantalón del suelo. Hago mi camino a su baño, cierro la puerta y me visto rápidamente.

De manera tranquila saco mi celular del bolsillo de mis jeans y veo que son las diez de la noche.

"Aún faltan dos horas para que el turno de Eylen termine..."

Dejo el celular a un lado y abro el grifo del lavamanos para lavar mi rostro con un poco de agua fría. Me miro al espejo y algo dentro de mí me hace sentir culpable, como si estuviera traicionándola, como si esto fuera un gran error y la que debería estar en mi cama desnuda es ella.

—Estas en una misión, Harry — susurro frente al espejo —Una misión que debes acabar cuanto antes.

Y aquello es verdad, así que tomo mi celular guardándolo nuevamente en mi bolsillo y salgo en busca de mi camiseta y llaves.

Alison sigue en la misma posición abrazando una almohada contra su pecho desnudo y ruedo los ojos con fastidio al salir de la habitación.

"No puedo esperar por terminar esta relación..."

El día de ayer mi novia se molestó en gran manera por ignorarla todo el día, pero ¿cómo no iba a estar enojada? No le escribí, no la llamé, no la fui a buscar a la universidad. Literalmente desde que amaneció, hasta el atardecer estuve con Eylen, incluso me quedé como una hora dando vueltas en el supermercado solo para pasar algo de tiempo extra con ella que en verdad no necesitaba.

Tokio me dijo que fuera bajando las revoluciones, que lo que estoy haciendo está muy mal, que él no apoya la idea de jugar con los sentimientos de una chica buena y que además a él le cae bien. Eylen se ganó el cariño no sólo de mi mejor amigo, sino también el de mi mejor amiga y a París es muy difícil que una chica le agrade fácilmente.

Saco el celular y decido enviarle un texto a Eylen, ayer por fin intercambiamos números telefónicos. Ya me resultaba bastante molesto tener que escribirle a Tokio cada vez que tenía que decirle algo.

Estoy camino al supermercado, pero antes pasaré a una farmacia. ¿Sigues en tus días? ¿Quieres que te compre algo?
10:09 pm⤺

Los enormes pasillos de la mansión Dallas se encuentran iluminados y los recorro con rapidez para salir de aquí.

Miguel Dallas y su esposa están fuera de la ciudad. Alison me dijo que sus padres vuelven el domingo por la noche y eso fue una indirecta de que quería que pasara desde hoy viernes con ella.

Obviamente le dije que no, yo no podría quedarme a dormir aquí ni aunque me lo pagaran, lo cual es muy contradictorio ya que estoy aquí únicamente con el propósito de matar a su padre y cada vez que mato a alguien dinero proveniente del ojo del diablo es depositado en mi cuenta bancaria.

Matar a Miguel Dallas es una gran cantidad de dinero. En la academia jamás nos enseñaron a adorar el dinero o hacerlo prioridad en nuestra vida, ya que ese jamás debe ser el motivo de las razones de un trabajo bien hecho. Así que me da bastante igual el dinero que llega a mi tarjeta de débito.

Yo asesino hombres y mujeres despreciables por ayudar a eliminar lo que está a mi alcance en esta ciudad y eso es todo. Obviamente hay casos donde el proceso demora más de lo previsto ya que son personas de malos pasos y poderosos como Miguel, pero al final terminan como deben, muertos. No es el primer narcotraficante que me han asignado a matar y sé que no será el último.

Eylen & Harry - When We Fall [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora