Eylen & Harry - When We Fall [✔️]

39. Te quiero

Eylen

—Cuando desperté, estaba internada en un hospital —suspiro —Mi cara y mi cuerpo dolían como el infierno, pero mi corazón... Mi corazón estaba destrozado. El chico que creí conocer casi me mata y me provocó un aborto de la manera más cruel y dolorosa.

—Ese chico debería estar en prisión.

—Sí, pero en su lugar lo enviaron a un centro psiquiátrico y a mi tío le pidieron que vendiera la antigua casa y nos mudáramos a la que conoces. También le emitieron una orden de restricción a Ben que ya venció y mi abogado dice que no se puede procesar una segunda.

—Esto me molesta mucho —Harry gruñe.

—A mí también y más ahora que lo han dejado volver a la ciudad porque según sus médicos Ben se encuentra mejor que nunca.

—Por cosas como estas cuestiono demasiado el poder que le dan a las autoridades en este país.

Nos quedamos en silencio y yo limpio la lágrima que se me escapa.

—Ben dejó un daño permanente en mi vida y una parte de ese pasado siempre quedará marcada en mi piel.

Harry me mira con ojos cristalizados y veo como se acerca un poco más a mí y pone una mano en mi vientre. Yo cierro los ojos y pongo mis manos sobre las suyas.

—¿Puedo? —pregunta con cautela.

Abro los ojos y sin evitarlo las lágrimas que quería contener se me resbalan.

—Sí, puedes verla, porque una madrugada me dijiste que...Tus errores son como cicatrices y te hacen lo que eres —ladeo una sonrisa y el me mira atento —Así que yo cargo esa cicatriz con mucho orgullo.

Lo veo limpiarse las lágrimas veloces que se le escaparon y se inclina para besarme.

Sus manos cálidas se acunan a mi rostro y su respiración agitada se mezcla con la mía. No era consciente de que me encontraba temblando si no hasta que él lo menciona.

—Tranquila mi... —se detiene y niega como si la sola mención de esas dos palabras juntas le causaran náuseas —Eylen, prometo que buscaré una nueva manera de llamarte, lo siento.

Asiento mirándolo a los ojos y Harry dejan un beso en mi frente mientras con lentitud me acomoda en la cama dejando mi cabeza sobre las almohadas. Sus manos bajan al dobladillo de mi camiseta y deja salir aire por su boca cuando la sube a la altura de mi estómago y observa la cicatriz.

No me mira con lástima, lo hace como si la enorme marca delgada que surca el costado izquierdo de mi vientre hasta perderse por el elástico de mi pantalón de pijama fuera la cosa más bonita que había visto en su vida.

Su dedo índice traza sobre la línea desde su inicio con lentitud y cuando llega al borde del pijama lo veo tragar duro y subir la mirada hasta mí.

Nos observamos mutuamente unos segundos. Doy un asentimiento dándole permiso, concediéndole lo que desea.

Después de todo hoy será la última noche que lo veré. Luego de hoy no quiero nada más que mi propia estabilidad emocional y para que eso pasara este chico debe estar fuera de mi vida.

Harry deja de tocar la cicatriz para besarme cortamente en los labios seguido toma los bordes de mi camiseta y tira de ella hasta que esta pasa mi cabeza y es lanzada a un costado de la habitación.

Mis mejillas están coloradas, puedo sentirlo.

Y aunque mis pechos descubiertos están expuestos ante él, sus ojos me miran única y exclusivamente a mí con un brillo que jamás le había visto. Vuelve a unir sus labios a los míos besándome lentamente, disfrutando del momento.