Eylen & Harry - When We Fall [✔️]

54. Ikigai

Harry

Ver a Eylen dormir es como apreciar una obra de arte.

El hacerlo probablemente raye en diferentes maneras el término «acoso», pero me es imposible no mirarla cuando esta así, tranquila y en su máximo estado de vulnerabilidad.

Cuando la conocí hace un mes y medio, su rostro asustado fue uno más del montón que veo cuando estoy haciendo mi trabajo. ¿Qué iba a saber yo en ese entonces que ahora es el único rostro en todo este jodido mundo al cual podría encontrar con facilidad en un lugar lleno de personas?

Nuestra relación se siente lejana, como si nos conociéramos desde hace años y de igual manera se siente corta, como si aún fuéramos desconocidos, aunque en parte lo somos, aún hay demasiado del uno y del otro que no sabemos, pero eso es lo que me gusta de nosotros, la espontaneidad que hay cuando nueva información aparece.

Me gusta que puedo saber que baja la mirada cuando está nerviosa y cuando ve una película que no entiende comienza a preguntar cada dos minutos, pero no tengo idea de cuál es su color favorito o cual era el nombre de su madre.

Nos conocemos, pero no del todo y por eso esta relación es tan diferente a todas las demás que he tenido. Eylen llegó y cambió todo, sin siquiera haberlo intentado y me gusta porque no necesito conocerla del todo para conocerla realmente y estoy seguro de que ella debe pensar lo mismo sobre mí.

Mi celular empieza a vibrar en el escritorio que Eylen tiene en una esquina de su habitación.

Dejo de mirarla y me pongo de pie para ir por el aparato, es una llamada entrante de mi investigador privado.

"¿Ya pasó una semana?"

Me doy cuenta de inmediato que hoy es miércoles. Max ya lleva dos días muerto y gracias a eso las horas pasan demasiado rápidas, más cuando Eylen no hace más que estar encerrada llorando y durmiendo. Todo se consume allí, en su habitación, tratando de congelar el tiempo para que su dolor desaparezca sin éxito alguno.

Acepto la llamada y salgo de la habitación en silencio cerrando la puerta detrás de mí para no despertarla.

—¿Todo lo que necesito está listo? —pregunto seriamente.

—Lo que necesitas y más —se burla el hombre detrás de línea —Harold Reynolds resultó ser una persona muy interesante a la larga —ruedo los ojos —El sobre con la información ya está siendo enviado al departamento de tu novia. En cualquier segundo debe estar... —la puerta comienza a ser golpeada —Oh, creo que ya llegó.

Frunzo el ceño —¿Cómo diablos sabías que...? —me detengo, de seguro sonaré estúpido si termino esa pregunta —Gracias.

—Siempre a tus órdenes, Harry —dice antes de cerrar la llamada.

Guardo el celular en el bolsillo de mi pantalón y voy a la puerta, al abrir no hay nadie, solo un sobre color mostaza en el suelo. Me inclino para levantarlo y lo abro allí mismo bajo el umbral.

Leo las ocho páginas y reviso todas las fotos.

"Vaya..."

Abro los ojos un poco sorprendido cuando veo la foto de la causante de todo este odio por parte de Reynolds a Eylen.

No es que Eylen sea una copia exacta de la mujer, pero puedo ver el parecido en ciertos detalles, como el cabello, hoyuelos en las mejillas y color de piel.

—Hola —la voz de Erick resuena por el pasillo. Lo veo caminar en mi dirección con la maleta del colegio colgando de su hombro —¿Las chicas están dormidas?