Capítulo 3. Conversaciones acerca de la magia y de la muerte. (Parte 2)

386 73 33
                                    


Las manos de Shunichi Ibe despedían una luz azulada al estar sobre la herida del príncipe de Izumo, esa herida que la espada oscura del gran conquistador había dejado en su piel. El hombre, quien era un adulto de mediana edad cuyo cabello oscuro pintaba ya algunas canas, lucía completamente agotado pero él sabía, como tutor del príncipe, que la herida que le habían causado a Eiji debía ser sanada en aquel justo instante.

Eiji intentaba mantener los ojos abiertos a pesar de que sus ojos amenazaban con cerrarse en cualquier momento. Estaba tan cansado, tan completamente rendido. A pesar de que su cuerpo temblaba bajo el contacto de la magia de su tutor, el muchacho de los cabellos oscuros era apenas consciente de las cosas que estaban sucediendo a su alrededor. Eiji solo deseaba que lo dejaran en paz para poder dormir, dormir y no abrir los ojos hasta que aquel dolor punzante en su vientre desapareciera al igual que el agujero oscuro que se había instalado en su pecho.

—Resiste un poco más, Eiji — dijo el señor Ibe intentando atrapar entre sus dedos el veneno mágico con el que Dino Golzine había herido al príncipe, ese veneno que provenía de las armas demoniacas solamente—. Solo un poco más y te sentirás mejor. Yut-Lung, será mejor que tomes su mano porque no podemos permitir que cierre los ojos hasta que termine con esto...

El dragón asintió a las palabras del sanador y se colocó al lado de Eiji quien de inmediato sintió la presencia poderosa y reconfortante de quien había sido su compañero la vida entera. Eiji y Yut-Lung habían sido uno al inicio del tiempo y serían uno al final de él porque ese era el lema de la Guardia del aire. Al tomar su mano, el dragón en su forma humana sintió la agonía que recorría a su compañero y Yut-Lung tuvo que concentrarse para lograr que su propio poder volviera a envolver a Eiji. Aquella también era una batalla que tenían que luchar los dos porque las heridas causadas por la magia de demonios eran terribles y si Eiji estaba vivo en aquel instante, era porque la magia de los dragones estaba protegiéndolo hasta el final.

—Tienes que darte prisa, Shunichi— susurró Yut-Lung sintiendo que su poder escapaba de él como si se tratase de una fuga enorme de agua—. No sé cuánto más podré resistir, no he podido recuperarme del todo de mis propias heridas.

—Casi termino, solo un poco más— susurró el sanador—. No puedes perderte en la oscuridad, Eiji. No podemos perderte ahora. Aslan espera por ti, Aslan y tú serán presentados ante el pueblo de York por la mañana. Tienes la fuerza para hacerlo, Eiji, tú eres la otra parte de un amor poderoso. La madre de la luna quien es también la soberana de los dragones te eligió a ti, ella no te abandonará. No te rindas, Eiji, no te rindas.

Un suspiro salió de los labios de Eiji al tiempo que Yut-Lung reprimía un grito de horror al sentir que la conciencia de su compañero se iba adentrando más y más en las sombras. Yut-Lung intentó llamarlo, intento traerlo de vuelta pronunciando su nombre una y otra vez. Yut-Lung llamaba a su compañero eterno alternando el lenguaje humano con la lengua de la magia que Eiji comprendía también. Pero nada parecía funcionar, la mente del príncipe iba adentrándose en una oscuridad inescrutable de la que no existiría retorno posible.

— ¡Estoy perdiéndolo, Shunichi!— susurró Yut-Lung y el dragón sintió que su propia vida se extinguía y que sus ojos oscuros iban cediendo también a la oscuridad que amenazaba con arrebatarle a Eiji por siempre.

— ¡Debimos tener aquí al príncipe de York!— dijo el tutor del príncipe con algo de desesperación—. Yut-Lung, conjura la imagen de Aslan en tu mente, conjura uno de los recuerdos felices que Eiji compartió contigo acerca de él. Es la única forma, Yue, solo así podemos evitar que se pierda.

— ¡No puedo hacer eso!— dijo el dragón horrorizado por la sugerencia del sanador—. Tú sabes que los recuerdos de mi príncipe tienen que venir por si solos a él. Kaori y Natsu pusieron un bloqueo mágico en mi mente para que Eiji no pudiese acceder a mis recuerdos de Aslan...

King of my heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora