Capítulo 6. El dragón y el general bajo las estrellas del norte. (parte 1)

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Eiji entonaba una canción alegre mientras sus dedos expertos entretejían el largo cabello negro de Yue con cintas de color plata. El Rey Consorte del Imperio de York sonreía con verdadera dicha al hacerlo. Estaba ayudando a su compañero eterno para prepararse para la ceremonia de unión de almas que se celebraría aquella misma noche, cinco meses después de que el General Sing había hecho su pregunta.

Yue estaba quieto, contemplando su imagen en el enorme espejo dorado de la enorme habitación que Eiji había asignado como hogar para Sing y para él. Sus ojos negros brillaban y el dragón no pudo evitar sonrojarse al darse cuenta de que estaba a punto de unir su alma en otro contrato de amor inmortal, un amor que lo había tomado por sorpresa pero del cual no se arrepentía. Amaba al general de los ejércitos del sur más que a su propia vida así que unir su alma con él más que un paso lógico le parecía un milagro y todo un privilegio.

Él sabía que sin Sing su existencia carecería de calor y sus flamas no arderían del mismo modo. Él sabía que la magia que le daba vida, sin Sing, no sería tan poderosa como lo era ahora. Yue también sabía que era bello y las manos de Eiji ahora estaban colocando sobre su cabello suelto una pequeña peineta de oro blanco cubierta de joyas estrella, las mismas joyas que Auryn le había regalado a Eiji el día de la coronación de Aslan. Aquel pequeño detalle de brillo lo hacía lucir aún más hermoso, como si aquellas brillantes joyas estuvieran sobre su cabello para recordarle al amado de su corazón el color que tenía su piel de dragón al volar en medio de los cielos.

Yut-Lung suspiró cuando Eiji terminó de tejer su cabello y lo tomó de la mano para ayudarlo a vestirse con un precioso traje iridiscente que se ceñía a su cuerpo de forma perfecta. Eiji sintió que un nudo se cerraba en su garganta al contemplar a su dragón. Lucia tan joven y sin embargo, había vivido cientos de años. Yue lucia algo nervioso lo que le pareció a Eiji algo completamente adorable puesto que el poderoso Yut-Lung, el dragón que había sido concebido por Auryn y que había luchado miles de batallas jamás se había sentido de aquel modo: intranquilo y al borde de una ansiedad dulce que no lo dejaba respirar con normalidad.

No era por supuesto un nerviosismo desagradable porque al final de cuentas, Yue sabía que estaba a punto de tener una ceremonia hermosa bajo el manto de la aurora. Y lo que lo hacía más feliz de todo aquello era la dicha enorme que su general sentiría. Aquello era lo que lo hacía feliz en realidad, que Sing había pasado los últimos cinco meses de su vida hablando de su ceremonia de unión con emoción. Aslan había ordenado un baile en toda regla para festejar la unión del dragón del general de la Guardia del Aire como era debido, así que Max y Sing se la habían pasado de maravilla hablando de flores, banquetes e invitaciones que serían entregadas a cientos de personas importantes a lo largo y ancho del imperio.

Yue había tenido muy poco que decir al respecto de la fiesta, algo que no era su fuerte. Aunque Sing era amigable, Yue seguía siendo más bien hosco y reservado cuando se trataba de hablar con las personas a las que no conocía pero si Sing quería que él fuera parte de todo, él lo sería. La felicidad de Sing era su propia felicidad. Y ahora que Eiji preparaba para él un ramo de rosas azules y lirios blancos que seguramente era el complemento perfecto para su vestuario, el dragón se preguntó si Sing se sentiría feliz al verlo así, tan hermoso que a cualquier mortal le dolería mirarlo.

— ¿Dónde están los niños?— preguntó Yue sin saber qué más decir porque los ojos de Eiji estaban llenándose de lágrimas orgullosas y el dragón no quería ver aquello porque él estaba seguro de que también terminaría llorando.

—Lady Jessica y Natasha está cambiándolos, es la primera fiesta oficial de los dos y todo el mundo quiere que luzcan adorables— dijo Eiji tomando entre sus dedos una de las manos de su dragón—. Aunque creo que sin importar cuántos afeites usemos esta noche, nadie se verá tan hermoso como tú. Además desde que Aysel aprendió a caminar, dudo que mi hija luzca adorable más de dos horas. Con Edur podemos tener un poco más de esperanza, sin embargo.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2020 ⏰

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