King of my heart.

Capítulo 22. El mundo de las almas. Kaori y Natsu. (parte 2)

Ash y Yue sintieron que la oscuridad más profunda del universo estaba rodeándolos. En aquel paraje que sin duda alguna era el mundo de las almas, no se escuchaba más que el continuo murmullo de miles de voces que parecían estarse lamentando, como si en aquel lugar solo hubiera sitio para el sonido del sufrimiento de aquellos que estaban atrapados en el mundo de la oscuridad sin poder acceder jamás a aquella luz que era una promesa de descanso para todos los seres vivientes.

La oscuridad era completa, Ash apenas podía notar la presencia de Yue a su lado porque del dragón se desprendía una energía cálida que parecía mitigar un poco el frío glaciar que parecía estarlos rodeando. Después de todo, aquel yermo paraje que estaba más allá de todo lo que Ash y Yue conocían, era la muerte y la muerte parecía estar hecha de frío y de sombras.

Los dos se sentían extraños puesto que sus cuerpos no estaban ahí y sin embargo, el alma de los dos parecía haber tomado forma aunque era cierto que no podía decirse que estuvieran caminando. Volaban, estaban flotando, podían sentir el frío y escuchar los lamentos del mundo de las almas pero no parecían estar avanzando: más allá de sus ojos, los ojos que el alma de los dos había adoptado, sólo había penumbra, y en medio de ella, un leve vistazo de lo que sin duda alguna eran los espíritus errantes, los espíritus de aquellos que habían muerto y que no habían cumplido con el propósito de sus vidas y que por tanto, habían sido condenadas a penar eternamente.

—No les tengas lastima, todos los que están aquí pudieron evitar este destino y no lo hicieron— susurró Yue y Ash se sorprendió de escuchar el timbre claro de su voz en medio de los lamentos—. Eso no aplica para Kaori y Natsu, ni para los que fueron asesinados sin poder evitarlo. Para ellos hay esperanza, a veces los dioses se apiadan de ellos y logran salir de aquí. Pero los demás, Aslan, los demás fueron seres mezquinos y miserables, todos merecen cosechar lo que han sembrado.

—¿Golzine está aquí?— preguntó Ash sintiendo miedo al pensar que una criatura despreciable como el Gran Conquistador estuviese ahí, esperándolo para vengarse por la derrota que había sufrido cuando había luchado contra él.

—No, Golzine debe estar en el abismo de Temnny— respondió Yue con naturalidad—. Los que hacen tratos con demonios, Aslan, se quedan con los demonios por toda la eternidad. Auryn dijo que la voluntad del dios del abismo está anulada ahora pero debe estar buscando hacerse fuerte. Arthur y Foxx deben ser su objetivo y para salvaguardar al reino de una futura guerra es que tú y yo debemos matarlos a ellos antes de que el dios de la oscuridad logre recuperarse a través de la maldad de los dos.

—Es increíble que exista algo peor que este lugar, que de verdad haya seres dispuestos a penar en el abismo de Temnny— dijo Aslan sintiendo que su alma incorpórea seguía vagando a la deriva, aunque las palabras de Yue lo mantenían alerta.

—Bueno, Aslan, jamás tendrás que conocer el abismo del dios de la oscuridad así que no debes preocuparte tanto. Los dos vamos a salir de aquí y seguramente cuando llegue el momento de morir, Eiji y tú vivirán en la eternidad de la luz de Auryn y las estrellas de Sever...

— Ahora que mencionas a mi príncipe, Yut-Lung, hay algo que de verdad debo preguntarte...— susurró Ash con aire meditabundo.

— ¿Qué?

— ¿Sigues odiándome porque amo a Eiji y Eiji me ama a mí?— preguntó Ash sin poder reprimir esa pregunta un instante más—. Es que, no me lo tomes a mal pero jamás pensé que lucharías a mi lado en esta misión que era sólo para mí.

—No, no te odio rey idiota, y no habrías podido enfrentarte a este lugar con un entrenamiento tan deficiente como el que tuviste con Blanca— dijo el dragón con una sonrisa divertida en los labios—. Cuando mi lazo con Eiji se rompió, es decir, cuando yo mismo lo rompí, entendí muchas cosas. Tú eres la vida y la magia en el corazón de mi príncipe, y yo soy su compañero eterno. Es mi deber protegerlos a los dos a pesar de que no me agrades y de que jamás seremos los mejores amigos del mundo ¿entiendes? Sin embargo te respeto, Aslan. Tú jamás abandonaste a mi príncipe, tú cuidaste de él incluso cuando no recordabas tu amor. Así que por eso, porque eres digno de amar a Eiji es que debo protegerte también y lo haré te guste o no.