Capítulo 22. Noche de chicas

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-Repíteme, ¿tú qué harás? -Miré a Will sobre mi hombro. Estaba recostado en mi cama mirando al techo mientras yo me maquillaba.

Era noche de chicas, y eso significaba fiesta.

Desde hacía mucho no teníamos una noche de chicas, pero ese viernes las chicas habían decidido que sería oportuno salir y disfrutar juntas... Y parecía que Zu y Amy lo necesitaban realmente, así que para darles a ambas libertad de disfrutar me había denominado la conductora determinada.

Por supuesto, no con mi auto. Ese cacharro seguía en Imperio y estaba esperando a que echara raíces antes de tener que ir a buscarlo. Me negaba a recuperarlo.

-Me quedaré aquí quizás. -Respondió con simpleza. -Brandon volvió a la ciudad, así que quizás salga con él... No sé realmente. -Se giró para verme mientras me peinaba. -Hace tiempo que no salgo de cacería.

-No hay chicas tan desesperadas en Los Ángeles. -Bromee girándome y mostrándole mi atuendo. - ¿Y?

-Creo que te lo he dicho, pero lo repito. Tienes unas piernas muy lindas. -Silbó con apreciación. Rodé los ojos. -Quítate un poco el labial, te ves mejor al natural.

Miré mis labios rosados y suspiré. Bueno, le había pedido que opinara, no iba a contradecir su opinión, y a mí tampoco me convencía, así que me lo quité.

- ¿Planeas llegar durante la noche o mañana? -Se interesó y yo me giré de nuevo al espejo.

- ¿Por qué? ¿Acaso planeas traer chicas a este lugar?

-No obligaría a nadie a entrar a este chiquero. -Anunció con una sonrisa maliciosa. Le lancé uno de mis zapatos que agarró al aire. -Quiero saber si mañana desayunas conmigo o desayunas fuera.

-Creo que llegaré, no lo sé. -Me encogí de hombros quitándole el zapato de la mano. -Iremos al departamento de Amy luego...

-Entonces no te espero despierto. -Bromeo dando otro par de vueltas sobre mi cama, desordenando mi orden. - ¿Te lavaste los dientes? Llévate unas mentas, a los chicos no les gusta besar chicas con mal aliento.

- ¡No planeo besar a ningún chico de antro, tengo a Kyle!

- ¡Estas perdida! -Grito desde mi habitación. Rodé los ojos y me fui del departamento.

Vivir con él se había vuelto una rutina bastante agradable. Will era divertido, amigable y justo el tipo de chico que habría escogido para ser mi amigo. Me hacía reír y no le molestaba que yo hiciera preguntas extrañas, o que hiciera cosas extrañas. Era bastante tolerante con todo, hasta que le mencionabas algo relacionado con el compromiso y con las mujeres que caían bajo sus "encantos", entonces se ponía bastante silencioso y gruñón. Pese a eso, me gustaba estar con él y que nos llevásemos mejor.

Y no me habría dado cuenta de eso si mi orgullo, y el suyo, hubiesen seguido poniéndose en nuestro camino. Estaba segura de que con Will había encontrado a un amigo muy valioso.

Era el tipo de amigo que me decía que ms piernas eran bonitas y que con sin labial me veía mejor, y no lo decía intentando ser romántico o coqueteando, sino porque así era él, y entendía de esas cosas.

Me sentía cómoda a su alrededor, y me gustaba hablarle. Desayunar juntos era un tipo de rutina nueva que habíamos adquirido en los pocos días de amistad que llevábamos. Me sentía a gusto de la forma en que estábamos.

Vi el auto de Amy llegar junto a mí y me subí a la parte de atrás.

- ¡Fiestaaa! -Grite y mis amigas me animaron.

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