Capítulo 29. Los amigos no...

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Eran las seis de la mañana cuando me escapé del departamento directamente a Chill'in. Llámenme cobarde si quieren, pero luego de la escena de la noche anterior con Will no estaba dispuesta a hacerle frente.

Porque si lo veía, si le hacía frente, no iba a controlarme y me lanzaría de vuelta a sus labios y esperaría que sus manos acariciasen aquellas zonas sensibles de mi cuerpo. Volvería a caer en esa intensidad que nos había envuelto, en el calor que me había generado. Volvería a querer más.

No había querido admitirlo pero Will había tocado algunas zonas de mi cuerpo y encendido emociones que nunca, ningún hombre, habían logrado encender. No solo eso... Estaba casi segura de que mi cuerpo lo había reconocido.

Él había sido el primer hombre con el que había estado de una forma más allá de lo romántico, besos o caricias, él había logrado hacerme sentir de una forma nunca supuesta... Y lo había vuelto a hacer la noche anterior, sin desnudarme, solo besándome y acariciándome.

Había vuelto a encender las llamas en mi interior, de la misma forma que lo había hecho la noche en que nos conocimos, la noche de nuestros tatuajes.

Sonreí sintiéndome sonrojada y escondí mi rostro entre mis brazos.

Parecía una niña enamorada por primera vez... Solo que yo no estaba enamorada, ¿o sí?

Recordé las palabras de Will semanas antes, sobre el amor, y busqué saber si me sentía segura estando con él. Pensé en la calidez que sentía estando a su alrededor, y en la confianza que me daba su presencia. Pensé en todos los temas de conversación que alguna vez habíamos tocado, en la forma en que nos relacionábamos. Lo había odiado meses antes por ser un idiota, pero no era un idiota de la forma en que yo había supuesto, ahora lo conocía, ahora era distinto.

La pregunta era, ¿en qué sentido era distinto?

No pude responder a esa pregunta pues mi tía llegó y exigió que fuese a su oficina inmediatamente.

-Pegasso quiere establecer relaciones con Chill'in. -Comenté sentándome.

-No me interesa, tenemos problemas más cercanos. -Me mostró la invitación a la semana de la moda en París. -Nos vamos la próxima semana.

- ¿Será la primera semana de julio? -Me sorprendí. - ¿Y en qué pensaban los organizadores?

-En nada, son un grupo de incompetentes que no entienden la importancia de que la semana de la moda sea en abril. -Gruñó furiosa. Tomó una bocanada de aire. -Pero no importa, necesito que comiences las planificaciones. Boletos, los modelos, las diseñadoras, Camil, por supuesto, ropa... Todo.

-Tengo la planilla del año pasado. -Anuncié revisando en mis documentos. -Reutilizaré esa y me haré cargo de lo demás.

-Perfecto. -Acarició su frente con cansancio. -Por supuesto, tu abuela no nos acompañará... Esta muy feliz con Federico en Happy Days.

-Apuesto que sí. -Me reí pensando en esos dos ancianos. Federico se había pronunciado como su enfermero oficial tras el reemplazo de cadera de mi abuela. -La abuela es toda una matadora. Deberías seguir su ejemplo.

Rodó sus ojos y suspiró.

-Con Camil... Estamos intentando algo. -Admitió finalmente, provocándome una sonrisa amplia.

Sabía que algo se tenían entre manos, lo sabía. No son tan disimulados como quieren hacerlo parecer.

- ¿Bromeas? -Sacudió la cabeza. - ¿Están juntos?

-No realmente, pero habíamos hablado antes, y luego de lo que pasó con mamá... Quizás hablamos otro poco sobre algunas emociones, y decidimos estar a tiempo de intentarlo...-Sonrió sonrojándose y, como yo, escondió su rostro entre sus brazos. -No puedo creerlo, ¡Mírame! ¡Treinta y seis años y me sonrojo como quinceañera!

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