Capítulo 26. Después de la tormenta

261 28 2
                                    


Cuando desperté el lunes por la mañana volvía a ser yo misma.

Entendí que Kyle había tenido razón, juntos no habríamos sido felices, no nos habríamos entregado aquello que las parejas buscan. Fuego, pasión, complicidad... Como amigos estaríamos mejor.

Pero en el momento, cuando llegué a casa el sábado, estaba tan avergonzada y dolida por haberme ilusionado, por haber esperado algo distinto que... No sé, algo en mi no quería aceptar que Kyle y yo estábamos mejor como amigos.

Luego de esa salida fui al supermercado, como siempre, a buscar distraerme, cosa que logré hasta que llegué al departamento y entré en mi estado vegetativo habitual mientras analizaba lo que había pasado, repitiendo la imagen una y otra vez en mi mente.

No era yo el problema, yo era una mamasita exquisita que se merecía un alienígena atractivo, y él también merecía a su alienígena atractiva.

Luego me puse a recordar todas esas veces que estando con Kyle pensaba en lo agradable buen amigo que era, en esos besos que lejos de encenderme como una fogata solo me calentaban ligeramente. Me di cuenta de que estábamos destinados al fracaso desde un principio, pero ninguno había sido capaz de verlo... Bueno, él si, yo había gastado dinero en lencería.

Luego me puse a preguntarme por qué a mi... Porqué siempre los chicos me decepcionan, se alejan, o me dejan... Y luego Will llegó conmigo y me hizo darme cuenta de que yo valía la pena, y que los chicos que no sabían aprovecharme estaban mal.

Pero bueno, fue buena decisión nunca formalizar nada con Kyle, y no había alcanzado a presentárselo a mi abuela. Ahora éramos amigos y estaba mejor así, claramente.

Llegué a trabajar normal, como siempre, sin Will ya que ese día había decidió ir a Pegasso temprano y grabar las escenas que debería haber grabado el día anterior pero, como se había quedado conmigo, no lo había hecho.

Él es un verdadero amigo, un muy buen amigo.

Ni siquiera les había dicho a las chicas lo que había pasado... Supongo que no quería molestarlas con mis problemas, y Zu se daría cuenta de que algo pasara cuando me viera.

Llegué a mi piso y vi a lo lejos a Kyle, el cual me saludó con la mano pero no hizo ningún intento de acercarse. Bien, al menos se daba cuenta de que estábamos en una situación un poco incómoda aún.

De todas formas, esperaba que pasase eso rápido porque me haría bien tener otro amigo además de los ya conocidos.

Olvidé esos pensamientos y entré a la oficina de mi tía, decidiéndome a trabajar.

-Terminamos. -Dije antes de saludarla. -Decidimos quedarnos como amigos.

- ¡Dios! -Exclamó y se levantó a observar por la cortina corrediza de su oficina. - ¿Qué pasó? Creí que se gustaban.

-Si, pero no lo suficiente como para encender alguna llama entre nosotros. -Mascullé con una sonrisa mientras me sentaba. Se sentó frente a mi cruzando las piernas.- Will me consoló luego de lo que pasó.

-Me compadezco del pobre chico que tuvo que soportarte gimotear...

-Tía Ava, no sabes lo dulce que fue. -Musité. -Se aseguró de que comiera, y me recordó que soy demasiado buena para cualquier chico... Me trato mejor de que tú, o las chicas, cuando pasó esto por primera vez.

Ellas simplemente me dejaban porque sabían que se me quitaría. Will me abrazó, me cobijó y me consoló, cosa que nunca nadie había hecho porque tengo la tendencia a recuperarme rápido.

Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora