Me dirigí a la cafetería para encontrarme con mis amigas las cuales estaban sentadas unas mesas aparte de YoonGi, me dirigí a tomar mi plato de comida para después sentarme con mis amigas las cuales ya mantenían sus pláticas como cualquier otro día. Regresamos al salón para seguir con nuestras clases. En cuanto terminamos comencé a buscar a YoonGi para irnos juntos.
— ¿Nos vamos? - le pregunté una vez lo había encontrado.
— Tengo un proyecto que hacer, pero si quieres puedo acompañarte a casa y después regresarme.
— Está bien así, puedo irme sola, no me perderé por el camino es el mismo todos los años - sonreí a lo cual el asintió.
— De todas maneras avísame que llegaste, si mi mamá se entera que te fuiste sola me regañaría - apretó sus labios resaltando sus mejillas, las cuales moría por pellizcar.
— Yo te aviso, nos vemos - me despedí para después salir de la escuela.
Me dirigí a la sala de estudio que había cercana a la escuela para hacer mis tareas pendientes y estudiar un poco lo que habíamos visto en el día, no sin antes poner una alarma en mi celular para no llegar tarde a la práctica de YoonGi.
Mi teléfono comenzó a vibrar a las 6:20 pm así que guarde todas mis cosas para comenzar a dirigirme al lugar en donde YoonGi me había dicho que practicaba. Sin darme cuenta comencé a sonreír al imaginarme a YoonGi con su cara de concentración. Cuando llegue a lo lejos escuchaba el ruido de un piano así que acelere mis pasos, cuando abrí la puerta me encontré con YoonGi sentado frente al piano.
— No me avisaste - se quejo.
— Fui a la sala de estudio, le avise a mi mamá y tu mamá, no hay regaños por los cuales preocuparte - le sonreí dejando mi mochila en el suelo.— Tenias que esperarme para poder iniciar - me queje.
— ¿De que hablas? - me observo confundido.
— Me dijiste que a las 7 iniciarías y cuando llegue ya estabas tocando - me recargue sobre el piano.
— Son más de las 7, además te dije que tú llegarás a las 7 no que yo iniciaría a las 7 - me observaba, sentía como mi corazón se aceleraba cada que nuestros ojos se conectaban, pero tenía que ignorar todo sentimiento.
Comenzó a tocar, el sonido que salía era completamente encantador, me sentía hipnotizada. YoonGi estaba completamente concentrado mientras movía sus dedos hábilmente, comencé a caminar alrededor del piano hasta que me senté junto a él, se detuvo y volteo a verme ¿Había hecho algo malo?
— ¿Qué hice? - lo voltee a ver con sorpresa a lo cual el dio una simple risa.
— No hiciste nada - volvió a ver hacia el frente su mano volvió a colocarse sobre las teclas pero sus manos no se movían, de repente su mano tomó la mía y la puso sobre el piano.— Coloca tus dedos así - dijo mientras movía mis dedos.
— Yo no se tocar - hable con nerviosismo.
— Eso lo sé, yo tuve que enseñarte amarrarte las agujetas - dio una leve risa.— Tus manos se hacen nudos por si solas - presiono un poco mis dedos haciendo que el piano sonara, siguió moviendo mis dedos haciendo que yo tocara el piano.— Ahora deja las manos ahí, yo te diré cuando tocar ¿Ya te aprendiste esa pieza no? - asentí levemente.
El comenzó a mover sus dedos ágilmente por el piano mientras yo me quede estática esperando a que el me dijera cuando hacer lo que me había enseñado, su voz dijo un rápido "Toca ya" y mis dedos a diferencia que los de el comenzaron a moverse lentamente intentando recordar todos esos enredos de dedos.
— Podemos hacer algo más sencillo - dijo mientras comenzaba cambiar las páginas de sus partituras.
— Se supone que debes practicar y no perder tu tiempo enseñándome - lo voltee a ver.
— No estoy perdiendo el tiempo, esto me sirve - sonreí ante su respuesta.— Esto es sencillo - se acomodo en su asiento para después comenzar a decirme donde tocar.
Pasamos unos cuarenta minutos divirtiéndonos hasta que nuestros teléfonos sonaron, sabíamos que eran nuestros padres, los dos contestamos al mismo tiempo y nos mandaban el mismo mensaje "Ya es muy tarde, regresa a casa" tomamos nuestras mochilas y salimos del estudio para comenzar a dirigirnos a nuestras casas. Durante el camino YoonGi y yo platicábamos de su "clase de piano" la cual había sacado a relucir mi inexistente oído musical y como simplemente podía recordar las formulas matemáticas pero no que nota era la que seguía a la hora de tocar el piano.
— ¿Cuando creciste? - lo voltee a ver, fácilmente ahora era unos 8cm más alto que yo.— Cuando éramos niños éramos de la misma altura - dije mientras acomodaba mis manos a al altura que yo recordaba.
— ¿Hace cuanto fue eso? - dio una leve risa — En siete años claro que los dos creceríamos.
— Tu creciste más rápido, eso no es justo - el comenzó a reírse de mi.
— Todavía puedes crecer unos centímetros, no te quedarás tan baja - los dos nos detuvimos al llegar al frente de mi casa.— Mañana paso por ti.
— Eso ya lo sé - di una risa burlesca a lo cual el rió por igual.
— Cambiemos la rutina entonces, tú pasa por mi.
— Sin ningún problema - me cruce de brazos.
— No saldré de mi casa hasta que pases por mi, si llego tarde será tu culpa - comenzó a caminar en dirección a su casa.
— Llegaremos tarde, no lo harás solo ¡Descansa!
— No grites - dijo con una risa para después girarse para verme y con una sonrisa tierna decir.— Tu igual descansa.
Entre en mi casa, me encontré a mis padres en el comedor cenando, los dos al verme sonrieron y me dijeron que me sentara a cenar con ellos, lo cual hice sin cuestionar. Al terminar de cenar me dirigí a mi habitación y terminé mis últimos deberes para así darme un baño y poder descansar con normalidad, mientras me sentaba en mi cama mire aquel portarretratos en el cual tenía una foto de YoonGi y mis de cuando éramos mas niños, me acerqué a la foto y sonreí al tomarla entre mis manos.
En mi cabeza comenzaron a recordar pequeños momentos que vivimos con esa edad. Las fiestas de cumpleaños, cuando me enseño a jugar en las máquinas de juegos, cuando accedió a jugar conmigo a tomar el té o jugar con mis muñecas, cuando los dos aprendimos a andar en bicicleta y después comenzamos a hacer carreras hasta que YoonGi se cayó raspando su rodilla y yo caí raspando mi codo. Pequeños momentos que lograban formar una sonrisa en mi rostro.
Si tan solo pudiera regresar el tiempo...
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Fernanda💅🏻
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Red String [Min YoonGi]
Teen FictionNo creo en el destino, pero creo qué hay algo que nos mantiene unidos. 🌟🌟🌟 La leyenda del hilo rojo es una creencia procedente de oriente en la que se afirma que cada persona está destinada a encontrarse con su alma gemela. Puede ser que el hilo...