'24.||Confianza.

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Bequi.
MARATÓN, 5/10.

Serví el café, la casa estaba sóla y los chicos habían venido a verme, literalmente, todos los que pertenecían al grupo de Dilan.

-Te digo que la dejé-repitió por quinta vez Joaquín apoyando su cabeza en la mesa de forma dramática.

-Pero me decís éso sin explicar el porqué la dejaste, es decir, vos estabas enamorado de Fiama.-Dijo Nico sentado frente a él.

-Es que no puedo contar si está cierta persona acá-dijo mirándome mientras yo llevaba el café, Dilan estaba al lado de la ventana y parecía pensativo.

-Puedo irme si necesitan hablar, de todas formas seguro tengo algo que hacer en mi habitación-sonreí intentando darle su espacio.

-No quiere decirlo porque la razón por la que dejó a Fiama, es que ella estaba enamorada de mí y lo estuvo desde siempre, usó a Joaquín de intermediario-respondió Dilan al lado de la ventana y después mirándome a mí, que había olvidado por completo aquel pequeño-enorme-detalle.

-¿Cómo sabes vos?-preguntó Nicolás confuso mientras Quentin daba un sorbo al café.

-Se lo conté-Intentó responder Kaktov pero Dilan lo interrumpió.

-Lo supe primero que todos, desde esa vez que Joaquín nos dejó solos porque ella quería hablar conmigo-suspiró haciendo que Joaquín lo mire decepcionado-nunca hubo un embarazo ni nada así, fueron todas mentiras para que yo me quede con ella.

-¿Y nunca me lo dijiste?-preguntó Joaquín con sorpresa, confusión y notablemente decepcionado.

-Lo pensé mucho, y me di cuenta que éso no era algo que tenía que hacer yo.-Respondió el colorado.

-Sabía que la piba no era buena, pero me sorprendió que se sarpen así-suspiró Nicolás intentando desviar el tema.

-Sos mi amigo, ¿Preferiste que siga cegado?-preguntó el ex de mi mejor amiga.

-No supe que hacer-suspiró Dilan acercándose a su mejor amigo pero éste retrocedió.

-Decirme que no me amaba no era tu trabajo, pero si es mi trabajo ayudarte a pegarle al primer gil que te molesta-dijo con notable indignación y Quentin me miró aterrado, ¿Había pasado algo de lo que no me enteré?

-Vos decidiste ayudarme Joaquín-contraatacó Dillom.

-¿Siempre fuiste así de egoísta?-preguntó con una extraña cara en su rostro, estaba sintiendo algo que no deseaba ni en mil vidas-si Rebecca te usara a vos para estar, no sé, con Quentin yo te lo diría.

-¿Vos te pensás que no me arrepiento de no habértelo dicho, Joaquín?-dijo el Teñido con cierto tono de decepción en su voz.-Cuando quise decírtelo vos no parabas de hablar de Fiama.

-Perdón por haber estado tan enamorado-rió ironicamente Joaquín.

-No es eso-suspiró Dilan-simplemente me gustaba verte feliz, y no supe decirte que todo eso era una mentira que ella te decía, perdoname.

Joaquín le miró triste pero lo abrazó-me molesta no saber que tenés vos que yo no tengo.

-No tengo nada, simplemente que esta no era la correcta.-Suspiró y sonrió de lado el pelirrojo.

-A veces las hojas dejan los árboles en otoño para que unas más fuertes y verdes regresen en la primavera-dijo Quentin en un intento de animar a su amigo, pero parecía que yo era la única que había entendido aquello.

-No te pongas filosófico-suspiró Joaquín queriendo ahogarse en su taza de café.

-¿Y vos con Fiama que tal?-preguntó Nicolás mirándome, me encogí de hombros.

-Nada que agregar-suspiré.

Estaba un poco decepcionada, Dilan sabía porqué Fiama me odiaba tanto y no me había dicho absolutamente nada, aquello me había molestado a montones, tanto que si pudiese, le pegaría.

Me levanté para ir al baño y mojarme la cara, la cabeza se me partía en dos, también tenía náuseas y eso no mejoraba para nada la situación.

Después de un rato salí del baño, cuando mi estómago había dejado de girar como un lavarropas.

La sala estaba vacía, salvo por Dilan que lavaba las tazas vacías y parecía pensar en algo, sonrió al verme.

-¿Y tus amigos?-pregunté intentando que deje de lavar pero el pelirrojo se negó.

-Se fue, y nosotros tenemos que hablar-dijo secándose las manos en un repasado cercano, apoyó su mano en mi frente y me miró con preocupación-¿Estas bien? Estas un poco pálida.

Asentí un poco confundida-¿Hablar sobre qué?

Me arrastró hasta mi habitación y me sentó en la cama, me dolía demasiado la cabeza. Me recosté cansada y él cerró las cortinas haciendo que todo quede oscuro, su piel blanca brillaba sin importar la situación.

Se sentó en la cama y me agarró de las manos, algo que hacía que me ponga mucho más nerviosa.

-No quiero que nos escondamos cosas, quiero serte completamente sincero y que sepas absolutamente todo, fui un gil ocultándote eso de Fiama, pero no pensé que fuese a hacerte tan mal-suspiró-fue un error mío, y no quiero que nos escondamos nada enserio, desde lo más tonto hasta lo más importante, quiero entenderte y que me entiendas, te prometo que voy a contarte todo, desde que comí el día anterior hasta lo que esté pensando, perdoname, perdoname enserio.

Sonreí aunque sus disculpas me pinchaban el corazón de culpa.

-No pasa nada tonto, me pone bien saber que querés ser sincero conmigo, con absolutamente todo y sin excepciones-sonreí de lado haciendo que él también lo haga.

-Te prometo que va a ser la última-sonrió el rubio haciéndome sonreír también, ¿Siempre era así de lindo?

-En ése caso te creo-sonreí mostrándole los dientes y unió nuestros labios en un beso, que como todos me ponía nerviosa como el primero, que sin importar la situación o como me sienta, él siempre me arreglaría la vida y el día con un beso o una sonrisa.

Se acercó más a mí profundizando el beso.

-Cuando te digo que te quiero no miento, Bequi-sonrió el colorado que ya empezaba a ser un poco rubio.

-Yo también te quiero mucho-añadí haciendo que él sonriera.-Y como vos me decís que querés que seamos sinceros, Dilan, tengo algo que decirte...

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora