'O7.||Líneas, vueltas y promesas rotas.

2.7K 217 155
                                    

Dilan.
Maratón 4/4.
Luli desblokiame porfi
te juro ke pronto chapan :(

Odio los días de semana, odio a la madre de Rebecca, odio el beso que no se dio, odio todo lo que me hizo levantarme de esa cama, odio todo, y más, a Fiama.

Caminé pateando una botella resentido porque yo tenía que haber dado el primer paso, pero como me hice el romántico me salió, me salió... Bien para el orto.

Caminé hasta la casa de Joaquín preguntándome cuanto cobrarán los Uber, para atropellarme y llegué lleno de odio y Joaquín no entendía un carajo cuando me abrió, me tiré sobre el sillón y agarré un almohadón, grité con todas mis fuerzas y cuando terminé miré a Joaco.

-¿Qué te pasa subnormal?-preguntó aún de pié.

-La malcogida de tu novia-quise seguir pero él me interrumpió.

-Éso no es un insulto, habrá hecho alguna maldad pero malcogida nunca.-Aclaró y rodé los ojos.-Me la cojo yo, por éso.

-Callate, no necesito esos datos-dije asqueado.-Le dijo todo a la madre de Bequi, la castigó y me bloqueó del whatsapp, no la dejan verme, y casi chapo con bec, su mamá nos interrumpió cuando tocó la puerta, me quiero rebanar la chota con una Gillette.

Él rió y después se puso serio-no sabía que las cosas estaban así, creo que voy a tener que hablar con ella.

Lo miré sabiendo que estaba enamorado de Fiama, pero no era tonto, y él, por suerte, sabía detener algunas cosas.

Palmeé su espalda dos veces para darle ánimo, un gesto estúpido que hacemos los humanos, él sonrió triste y yo no sabia que hacer, así que saqué una pastilla y él sonrió.-Por ésto sos mi mejor amigo.

Era raro, que me diga que soy su mejor amigo por darle drogas, pero no me iba a poner filosófico, ése era trabajo de bec.

Kaktov temblaba, algo que llamaba mi atención. Le di una pastilla a él y me puse una bajo la lengua, para estar tranquilo por un rato.

-¿Qué haces despierto tan temprano?-pregunté.

Y lo noté, tenía los ojos rojos y blanca la nariz, miré la mesa y lo sabía. Él había recaído en lo que tanto le costó salir, de nuevo.

Tomamos vino para bajar la pastilla y yo no podía dejar de mirar aquella raya, Kaktov tomó una más, y yo agarré un poco y la armé en la pantalla de mi celular. ¿Qué le hace una raya más al tigre?

El celular se iluminó y un mensaje de bec había entrado al dispositivo, bloqueé la pantalla porque leer su nombre mientras lo hacía, era como hacerlo a su lado, no podía. Y la inhalé, recordando la primera vez que lo hice, y la última vez que me prometí no tocarla más, solamente se escuchaba el ruido de nuestras inhaladas, me saqué la remera y me tiré al sillón de cuero, me rozaba la espalda.

La cabeza me daba vueltas, me dió un pico de energía donde escribí mil canciones nuevas, que tal vez no tenían sentido, pero no lo sabía. Siempre decían que la droga no es buena, pero nunca me sentía tan activo como cuando consumía.

Prendí un cigarrillo y salí al patio, se me hacia raro ver como cada vez que me sentía mal caía a sus pies de nuevo, y no sabía porque me sentía así, si desde que apareció la castaña todo había mejorado. Los colores estaban más vivos, cautivó mi atención el hecho de que, a ésta hora todo estaba volviendo al ritmo de siempre, habían sirenas en la lejanía y cada tanto el ruido de algún vehículo yendo a toda prisa porque se les hizo tarde, o uno que va mas lento para disfrutar el paisaje.
El cielo estaba rosado anunciando la vuelta del sol y a mí me empezó a sangrar la nariz, sentía que no podía bajar las cejas, y me deprimí de la nada. Sentir que me estaba arruinando y ya no solo a mí, si no a la castaña que empezaba a quererme era lo peor, saber que ella tal vez ya no me querría ver. ¿Qué pensaría mi mamá si me viese en éste estado? ¿Acaso ella pensaría en mí?

Cuando se fue, y me dejó sólo en el colchón roto que teníamos en una piecita-la única que el alquiler nos dejaba-con solamente un colchón y dos frazadas, no teníamos ni gas, y la luz era muy poca, había solamente agua fría pero teníamos el amor de la familia, y el supuesto calor de un hogar.

Me prometió que era la última cuando volvió el gil a querer proclamarse padre, quiso hacerse el padre presente y no le salió. Yo era rubio y siempre me trataban de tonto, y empecé a hacer lo mismo que mamá a los wachines del colegio que eran re tontos, y yo me llenaba de plata que después le ponía a mi vieja en los bolsillos de los pantalones. La emoción cuando encontraba doscientos era digna de una foto, y la mía de verla tan feliz, también lo era.

Pero la última fue la peor, yo había dejado de hacerlo porque me pintaba la vida normal, y ella me dio un beso en la frente y me prometió volver, que nos iríamos a la mierda bien lejos de acá, y que no volvería a tocar éso, ni por ella, ni por mí.
No sé cuánto tiempo habré pasado frente a la puerta, pero por seguro más de dos días, sin comer, sin sentir, ansioso por la llegada, la llegada que nunca pasó. Él me agarró y me explico lo que había pasado, me llene de odio, porque nunca había tenido suerte, ¿Pero ahora? menos

Dejé el colegio sin que se enterara, porque ahora no eran Mamá y Dilan contra el mundo, era Dilan por su lado, y mamá, por ahí.
Siempre decía que mi mamá no volvió porque falleció cuando yo era chiquito, porque me daba vergüenza decir que la vez que prometió que era la última no lo fue, y que por querer hacerse la piola y jugar a las cartas con el destino se comió un canazo, no quería volver a verla en mi puta vida.

Ahorré desde entonces, para que cuando cumpliera quince me pueda ir bien a la mierda y sólo, después, a los quince no era suficiente entonces ahorré hasta los dieciocho, y justo cuando estoy a días de irme a la mierda, viene una castaña con cara de santa y me da vuelta todo. Como si pasé mucho tiempo de mi vida cerrando las ventanas de una casa donde estaba sólo, y cuando por fin estoy por cerrar la última, viene un viento re fuerte y me despelota todo, y la odiaba porque quería que me ayudara a cerrar ventanas, pero, ¿Qué peli me comí? Si sentía que no me quería ni mi vieja menos me querría la castaña con cara de santa, capaz, yo era uno más, o capaz no.

Volví a la realidad con el humo que me incendiaba la garganta, y la boca deseosa de sus besos, el nudo en la garganta, ¿Cuánto tiempo llevaba sin respirar?

El celular me volvió a sacar de mi trance, el pajero de mi viejo me llamaba y aunque quería mandarlo bien a la concha de mi hermana por el día de mierda que estaba teniendo, le contesté.

-¿Qué?-pregunté de mala manera cuando contesté.

-Dylan, tenemos que hablar...-suspiró-volvió.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora