'O5.||Éso que duele.

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Rebecca.

Maratón, 2/4.
Dedicado a riplua

Se me hacía imposible no temblar con el frío de la madrugada, Dillom permanecía en silencio, y no era algo que me molestara. Yo sabía que él debía pensar.

-Son las cuatro, me olvidé que tenes clase en unas horas.-Dijo sorprendido-perdón.

-No pasa nada-sonreí frotando mis manos por el frío-vale la pena.

Dylan notó mis manos heladas y se sacó la campera.

-¿Qué estas haciendo?-pregunté dado la baja temperatura. Él la apoyó sobre mis hombros, y aunque el gesto me derritió el corazón, no permitiría que él pasara frío.

-No tengo frío, además capaz que así se queda tu perfume.-Yo sonreí como reflejo y por primera vez, vi a Dylan avergonzado a tal punto que su piel blanca como la nieve, se puso roja como la sangre.

Mi reflejo fue abrazarlo, me puse bien la campera para cumplir su deseo y dejé los miedos de lado, él también se apegó más a mí.

-Vas a tener frío, Dylan -me reí y él negó. Me abrazó y se puso de pié-vamos, tenes que dormir.

Yo me quería quedar un minuto más con él, pero se veía convencido. Caminamos hasta la puerta del edificio en silencio, disfrutando la compañía del otro, lejanos a cada ruido, de cada problema.

Deseé que el parque fuese mucho más lejano cuando vi la entrada, quería pasar un rato más con Dylan, y éso nunca me había pasado.

Él miraba la lejanía y yo lo miraba a él, se paró en la puerta de mi edificio y me abrazó-nos vamos a ver pronto, ¿No?

-Sí, pero si me extrañas, no trepes la ventana, te vas a caer y no quiero un herido en el patio-añadí arqueando la ceja y él rió.

-No prometo nada.-Dijo con una sonrisa, la más linda de todas.

Quise sacarme la campera para devolvérsela pero él se negó-vivo cerca, no voy a tomar frío.-Yo sabía que no era así, su casa estaba a muchas distancias pero no quise contradecirlo por la ternura del gesto. Nos abrazamos y se acercó a mí haciendo que millones de mariposas vuelven por mí estómago, mis manos se entumecieron y él me miró un poco antes de hacerlo, y me dio un beso en la comisura de los labios.

Creo que fué la noche, o el vínculo que habíamos formado aquella mañana que me hizo desear uno en los labios, pero él sonrió y después de decirme que me durmiera y no vaya al colegio amanecida, se alejó.

Lo miré fijamente hasta que desapareció entre los edificios, él era un ángel convencido de lo contrario, pero yo le demostraría que no tenía porqué sentirse malo, cuando era un santo.

Subí en silencio, el guardia me miró con cara de complicidad y le hice un gesto de silencio. Él asintió con una sonrisa, pero antes de que subiera por el ascensor añadió-me alegra que por fin te revelaras.-Haciendome sonreír.

Subí por el ascensor que no era lo mismo desde que él había bajado, casualmente me emocionaba ver el lugar donde había estado parado, y éso me hacía sentir una loca.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora