✧Ángel ↦Dillom✧

'19. ||RESPUESTAS.

✧Dylan.

La castaña, temblorosa y aún llena de lágrimas sollozaba sin explicarme que pasaba, y no quería obligarla a que me cuente.

-¿Me querés contar?-pregunté abrazándola aún sentados en el suelo. Ella negó con la cabeza, aún hundida en mi pecho.

-Me quiero ir, por favor.-Sollozó abrazándome con fuerza y asentí. Me puse de pié y la ayudé a hacerlo también, se vistió con lentitud. Yo no quería incomodarla así que salí a la cocina, la casa estaba sóla.

Ella salió y se metió al baño rápidamente, después de un rato apareció por la puerta con la cara un poco hinchada y la vista en el suelo, aunque ahora estaba más arreglada.

-¿A dónde vamos?-pregunté intentando ocultar la sonrisa al ver que tenía mi campera puesta.

-Necesito ver a Fiama.-Contestó sorbiéndose la nariz.

Asentí sin decir palabra alguna y salimos del departamento, arranqué la moto y conducí hasta la casa de Joaco, donde siempre estaba la amiga de Bec.

Abrimos la puerta y, la sonrisa de la morocha cambió al ver la cara llorosa de la castaña. Sin decir palabra alguna, ambas caminaron al patio para hablar. Todos quedaron en silencio al ver los ojos cristalizados de Bec, Joaco y el resto me miraban a mí en busca de respuestas, pero me encogí de hombros en señal que no entendía nada tampoco.

-¿Vieron que los traperitos del momento se re comen la peli?-preguntó riendo Quentin sin despegar la mirada del celular, el ambiente era tenso y él siempre lo aliviaba.
Suspiré y me tiré en el sillón cansado.

-Si, algunos se meten demasiado en el personaje-dijo muere mirando a Kaktov haciéndonos reír como si fuese una indirecta.

Estaba bien tener un personaje, creo que todos los que hacemos música lo tenemos. Por ejemplo, Tomás y cro no deben sentir lo mismo.
Dilan y Dillom eran completamente distintos, solamente que compartían un cuerpo, y una voz.
Dillom se burlaba de todo y nunca tenía filtros, a Dilan, todo le dolía.

-Harto de las fans de los chinitos-suspiró Kaktov cebando un mate-¡Están por todos lados!-me reí, porque no tenía nada en contra de ellos, pero me sentía agobiado.

Las chicas aparecieron por la puerta y todo quedó en silencio por un minuto, Fiama, que entró última, gesticuló un «tenemos que hablar» mirándome a mí, y si antes estaba confuso y preocupado, ahora, más.

La castaña se sentó a mi lado y la abracé con un brazo, ella sonrió un instante para después ponerse seria nuevamente.

-¿Hoy salimos?-preguntaron los chicos y reí porque era lunes, las chicas negaron y yo, también. Estaba cansado.

Bequi, que permaneció en silencio casi toda la charla, se acomodó el pelo e hizo un esfuerzo por socializar.-Tengo una duda-dijo riendo con la vista clavada en muere, el teñido la miró-todos te dicen muere, ¿Pero tu nombre real es...?

Él sonrió por la intriga de la castaña y respondió-me llamo Nicolás.

Ella asintió con cara de sorpresa, nadie lo sabía realmente de las personas ajenas a nosotros.

-¿Y vos Bequi, tenés segundo nombre?-preguntó Joaquín intentando buscar un nuevo tema de conversación y dándole un mate, la castaña negó.

-Un nombre largo y un apellido largo también-sonrió aceptando el mate de mi amigo.

Después de un rato, nos fuimos en moto hasta su casa porque parecía cansada. La ciudad estaba poniéndose demasiado movida por las ocho de la noche, hora en la que la mayoría sale del trabajo.