'68.|| DOS O SÓLO UNO.

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DYLAN!

      —¿VAS a hacerme pasar por todos los tello's¹ de la ciudad?—pregunté con una mueca divertida en mi rostro y ella me miró seria.

—Dylan, no va a pasar nada entre nosotros—se quejó, y en el fondo fue una alegría para mí, ya que extrañamente, se habían evaporado mis ganas de todo.—Quiero ir a la plaza, que está terminando esta calle, nada más que eso.

—¿Para hablar de qué?—pregunté.

—Que ansioso—rodó los ojos y suspiré.

—Solamente quiero saberlo, tirame una pista, una idea, no sé.—Me encogí de hombros y seguimos caminando, ella simplemente pasó por alto mi comentario ignorándolo, doblamos en una esquina unos segundos después y cruzamos la calle que no era muy transitada para llegar a la plaza. El sol estaba brillante pero no calentaba del todo, el verano se iría pronto.

Nos sentamos en una banca, la más alejada que vimos y solté un suspiro al sentarme, estaba agotado últimamente. La miré cruzándome de brazos y sabía que algo grande se venía, su mirada estaba perdida.

—¿Y?—pregunté dando pequeños golpecitos con mi pié, provocados por el nerviosismo.

—¿Seguís con Rebecca?—me miró por fin. Me relajé, era puterío² de minas.

—Algo así.—Respondí algo inseguro.

—¿Cómo que algo así?—me miró arqueando la ceja, su mirada era dura, fría.

—No estamos juntos como pareja, pero... hubo una situación y, nos vemos obligados a seguir en contacto.—Respondí pensativo.

—¿Una situación?—preguntó y me sentí incómodo, ¿Porqué quería saber tanto?;—¿Cuál?

—Está embarazada...—Bajé la mirada, no estaba listo para asimilarlo. Sus ojos se iluminaron.

—Entonces era cierto—susurró pero logré oírla, la miré confuso;—te hablo por eso, me dijeron que ella estaba embarazada y... Justo pasó algo.

¿Algo?—pregunté sin entender porqué ésto le interesaba a ella.

—¿Son mellizos, no?—preguntó ignorando mi comentario, asentí dudoso;—Hubo una situación de una pareja amiga, estaban esperando un hijo y lo perdieron, ahora, están viendo para adoptar.

Abrí los ojos enormemente, sabiendo que no quería pero quedando perplejo ante el impacto de sus palabras.

—No queremos darlos en adopción, son nuestros—respondí con un tono de sorpresa y defensivo al mismo tiempo.

—Dylan, tenes diecinueve años y Rebecca casi diecisiete. Ninguno terminó el colegio y viven con sus padres.—Suspiró.—Me parece lo mejor.

—Tengo trabajo—me excusé.

—Un salario mínimo como el de McDonald's o Burgerking no te va a permitir mantener dos bebés, a la madre y encima, a vos.—Suspiró;—Repito, me parece lo mejor.

Negué sin saber qué decir.

—Sí no, me das uno;—se encogió de hombros.

—¿No te parece poco moral elegir uno de tus hijos para que se lo lleven?—pregunté sintiéndome ofendido.

—Más inmoral me parece condenar a ambos a una vida decadente;—me dio un beso en la mejilla y se levantó, subió su pantalón negro y me miró sin girarse del todo;—pensalo, cualquier cosa, me llamas.

No sabía bien que decir, que hacer o que pensar. Me parecía pésimo elegir uno de mis bebés para que se los lleven y no lo vea nunca,
me parece cruel quitarle la posibilidad de crecer con un futuro, con padres mayores pero también, quitarme la posibilidad a mí de intentar ser un buen padre de mellizos. Pero después de todo, la decisión no era solamente mía, nuestras familias nos mantenía y además, Rebecca sería la madre.

Mi mente se fue de tema por un segundo y me imaginé a los niños, uno de piel pálida y blanquecina como la mía pero sus ojos, los marrones cálidos llenos de amor, o una niña como ella, morena y con pecas, su sonrisa y la textura de sus labios..

Aunque yo dijera que la había superado, en el fondo era para convencerme a mí de que así era, pero sabía que mentía, no sólo al resto y a ella, si no que a mí. Hace tiempo que sabía que ella era el amor de mi vida, que era con quien quería todo o no quería nada con nadie más, la forma en la que sonreía tímida el primer día que la vi, su cuerpo haciendo contacto con el mío por primera vez la noche que salimos de fiesta y tuvo que sentarse sobre mí, su perfume, nuestro tan esperado primer beso, nuestra primera pelea... La primera vez que me sentí completo, porque si bien yo era mayor, también sabía muy bien que ella había sido mi primera vez, pero no sexual, si no que ella había sido la primera en hacerme mejor persona, y en pintar mi mundo de colores.
Había sido la primera, y siempre sería así, ella era mi prioridad, y yo como castigo por haberlo arruinado, tendría que contemplarla de lejos, como un loco enamorado del arte, queriendo tocarlo pero no sería correcto, después de todo, ella me transmitía felicidad con tan sólo saber que se encontraba ahí... En alguna parte de la ciudad, de la provincia o del país. Ahí, en las redes sociales o en mi whatsapp, ahí, siempre ahí.

•••

¹: Los Tello's son moteles para tener relaciones sexuales.

²:Problemas, rumores.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora