'76. || Mejor de lo que creés.

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REBECCA!

LOS días se me hacían interminables, tristes, estresantes. Pasaba el día pensando, tirada en la cama cuestionándome todo. ¿Tan mal estaba Dylan? ¿Tan mal había estado yo que no lo notaba? Me sorprendía demasiado lo mucho que nos había cambiado el tiempo, o las cosas que habíamos atravesado.

-¿Y?-preguntó mamá mientras revolvía la olla haciendo polenta, estaba de espaldas a mí. Yo jugaba con mi pelo, me encontraba pensativa sentada en una banqueta con los brazos apoyados en la isla.-¿Cuándo vas a tener una cita con los padres adoptivos de uno de los bebés? ¿Ya elegiste con cual quedarte?-Preguntó y tragué grueso. Sentía inhumano el tener que elegir "con cual quedarme", como si se tratara de una camada de cachorros.

-Quiero esperar a Dylan primero.-Suspiré.

-Hablando de éso, llamó la mamá, un amor es.-Rió y se dio media vuelta para mirarme mientras con el brazo se sacaba el cabello que le caía sobre la cara y con el otro seguía teniendo la cuchara de madera. La luz hacía que su piel brille y se haga más oscura.-Quiere que vayas ésta tarde, creo que tiene algo que darte. Arqueé la ceja con confusión en el rostro.-Guardé el número en la lista de contactos del fijo, fijate Rebecca, no puedo hacer todo yo.-Rodó los ojos.

Suspiré nuevamente con pesadez que terminó siendo un bufido y ella me miró con una cara escasa de simpatía. Bajé de la silla y caminé hasta el teléfono de la casa. Me tiré en el sillón y busqué entre la lista de contactos encontrándome con el nombre de la mujer, le dí al botón verde y en instantes comenzó a sonar. Me lo puse con suavidad sobre el oído mientras me mordía el interior de la mejilla.

-¿Buenas?-preguntó la mamá del rubio.-¿Quién habla?

-Rebecca.-Dije jugando con mi cabello;-Perdone la hora, y la interrupción.

-¡Bequi!-exclamó contenta-¿Cómo andas querida?

-Bien... La llamaba porque mi mamá dijo que llamó.

-Ah si reina, necesito que te vengas lo antes posible. ¿Te vamos a buscar o venís sola?

-Voy sóla, ¿Ésta tarde?

-Venite ahora si querés, mi marido está cocinando ñoquis.

Sonreí de lado ante la invitación;-Pero no quiero ser molestia.

-¡Ay Rebecca! ¡Madre de mis nietos!-suspiró con dramatismo y una pizca de gracia.-Sos parte de la familia mujer, venite ya mismo, le pido a mi marido que te vaya a buscar. Él contento de alejarse de mi carácter un rato.-Rió.

-Bueno, no puedo decirle que no a la comida.-Sonreí.

-'Ta querida, en media hora está ahí.-dijo alegre y nos despedimos.

Corté la llamada y me senté para dejar el teléfono donde estaba siempre generalmente. Me levanté para ir hasta la cocina-Mamá, me vienen a buscar un rato para ir a comer.

-¿Quién?-preguntó mirándome con una mueca-Llega a ser la boluda de Fiama y te dejo el cucharón marcado en la espalda.-Dijo amenazándome a lo que respondí con una risa.

-No ma, la mamá de Dy y su papá. Quieren darme algo y que hablemos.-Me encogí de hombros y ella asintió.

-Bueno pero no vuelvas tarde, y si volvés tarde que te acompañen porque no te pienso dejar que te vuelvas sóla... Teniendo la calle como la tenemos hoy en día.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora