'O9.||Te extraño.

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Dylan.
MARATÓN, 1/5.

-¿Qué?-pregunté temeroso y deseando haber oído cualquier cosa.

-Si Dylan, tu mamá, ella volvió.-Yo me puse nervioso, su regreso implicaba muchos cambios, que no deseaba.-Dilan, ¿Podés venir a casa?

Estaba más duro que el cemento, y asustado. Sabía que le iba a dar mil vueltas al tema y necesitaba pensarlo.-No-contesté y corté la llamada.

No deseaba nada más que estar sólo, o estar con ella y que me aclare los mambos. No podía pedirle que se raje de la escuela para escucharme porque no era justo, que la hunda, como me hundieron a mí.

Sin darle muchas vueltas al tema me fui de la casa de Joaquín mientras él seguía inhalando, algo que me dolía, que recayó después de tanto que nos costó salir juntos, y no voy a culparlo de mi recaída porque no fue una, era la última vez o al menos intentaría que así sea.

Al final, quizás no estábamos tan recuperados como pensábamos, porque, si al ver una línea que me pondría la mente y el corazón caliente me enloquecía de ése modo tal vez, tan recuperado no estaba.

Prendí la pantalla del celu, veinte mensajes, siete llamadas perdidas y mil ganas de morirme, ¿Tan yeta era? ¿No podía pegar una ni aunque me pagaran? Si me pagasen por no pegarla nunca estaría en las Bahamas siendo abanicado por dos wachas, un daikiri en la mano derecha y un porro en la izquierda, con alto bronceado y no podría cerrar la billetera de tanta plata que tendría. Pero si hubiese un concurso de pelotudos yo no ganaría porque no aceptan profesionales, o alguna mierda de esas.

Deseé haberme llevado un saque más al menos, y una parte de mí se ponía triste porque ya la estaba deseando de nuevo, pero, ¿Que la droga es mala? Explicáselo a la cantidad de cosas que puedo hacer cuando la consumo. Siempre buscaba una forma de justificar el consumo para no ver lo cierto, que al final me estaba matando a pasos agigantados. Y por primera vez sentía que la muerte no era una solución, si no un problema. Esta vez no me llevaría a mí, le haría sentir mal a la castaña.

Sara me amaba, a tal punto que siempre me prestaba su casa para esconderme un rato. Subí las escaleras corriendo y levanté la alfombra para encontrar la llave, ¿Tan yankie era mi amiga? Que la escondía debajo de la alfombra.

Abrí la puerta y su mamá no estaba, la volví a cerrar con llave y me tiré en la cama de mi amiga, el celular estaba cada vez más trizado y todavía quedaba un poco de la sustancia que me había perderme sobre la misma. Le pasé la lengua y al toque me arrepentí, tenía banda de astillas en la lengua y éso no era bueno.
Fui al baño y me las saqué una por una, quería llorar por lo pelotudo que era, y por lo perdido que estaba.

Me tiré en la cama, con la cara empapada de lo que no me salía de los ojos hace tanto, y dormí. Dormí en ése sueño pesado que no termina más, y cuando digo que dormí es demasiado, no sé cuanto tiempo habré pasado así, con la cara empapada y la sangre envenenada, dormi para olvidarme, dejar de sentir, dormí porque lo necesitaba.

-¿Dylan, te vas a levantar?-preguntó una voz conocida y aún con los ojos cerrados negué con un gesto.-Dale Dy, llevas durmiendo mucho. Me tenías preocupada.

Era la voz en éste momento más rompe huevos que había, pero le contesté-¿Cuánto es mucho?

-Dos días.-Respondió Sara y abrí los ojos, sentí que el colchón se hundía por el peso de la menor.

-Una banda-me reí.

Ella hizo una mueca, probablemente sabía porque había dormido, pero no porque había consumido. Y si había algo que odiaba eran las explicaciones.

-¿Qué pasó?-preguntó.

-Quería dormir.-Respondí frío rogando que apague la luz y no me rompa más las pelotas.

-Dilan, ¿Porqué no fuiste a tu casa a dormir?-preguntó-vos sabes que no me jode que te quedes, pero, ¿Tengo que preocuparme?

Hundí la cara en la almohada, sin ganas de hablar ni de mentir. ¿Cómo le explicas a alguien que la mujer que supuestamente estaba muerta, va a volver a tu casa y que no sabés cómo mierda enfrentarlo?

-No quiero irme a mi casa.-Respondí.

-Dilan supongo que en dos días se solucionó tu problema, ¿Porqué no querés ir?-preguntó Sara con su paciencia de siempre a mí, era como la hermana que nunca tuve.

-Hay alguien, que no quiero ver.-Respondí sin dar muchas explicaciones, ella hizo una mueca.

-Rebecca te llamó los dos días que estuviste desaparecido, no pude contestar porque se te rompió el táctil, y no me podía pasar su número, Joaquín lleva desaparecido también dos días y no sabía cómo ubicarla.

La abracé para agradecer todo lo que hacía por mí, agarré la verga que tenía de celular y le saqué el chip junto a la tarjeta, agarré el celu de Sara y escribí en mi insta que no tenía celular hasta nuevo aviso, lo tiré a la basura y me despedí de Sar.

Corrí hasta mi casa, era de noche y seguía atontado. Corrí cuatro kilómetros, sin parar. El viento parecía querer arrancar lo malo que sentía, me arrancaba todo, me dejaba la cara helada, y me dolían los pulmones, pero llegué.

Abrí la puerta sin ganas de encontrármela, pero tenía la mala suerte de que su sombra estaba ahí, y no tenía ganas de dar explicaciones, porque como dije antes, las odiaba.

Por la escasa luz vi que tomaba café negro como lo hacía siempre, sus músculos faciales se relajaron al verme.
Caminé sin ganas de un sermón hasta mi habitación, pero antes de cruzar la puerta su voz me detuvo.

-Va a venir Dilan, no podés negarte a verle toda la vida.-Dijo mi padre tomando de su café.

-Para mí está muerta.-Respondí y él suspiró intentando mantener la cordura.

-Le van a dar la libertad condicional, ella va a vivir con nosotros y vamos a estar bien.-Contestó.

-Ustedes van a estar bien, yo pienso irme al carajo.-Contesté pensando en qué plaza iba a refugiar las penas esta noche de cielo estrellado.

-Vino una tal Rebecca, te trajo algo.-Respondió poniéndose de pie y dándome una caja mal envuelta en papel de regalo.-¿Es tu novia?

-No es de tu incumbencia-respondí llevándome la caja a mi habitación, la abrí y una botella de perfume estaba ahí junto a una nota.

"Para cuando me extrañes."

Decía la nota, y aunque el perfume no era el suyo, olía bien. Ése olor se me hacía familiar, pero a la vez me dejaba confuso.

-Te extraño.-Le admití aunque no estuviese.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora