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REBECCA!

dedicado a -negravillera

-¿Y qué pensás hacer?-me preguntó el chico, del cual no sabía absolutamente nada.
Me encogí de hombros y puso sus manos dentro de los bolsillos de su campera.-Igual vos tranquila, compraste el más barato... Quizás sea una respuesta incorrecta.-me dio un poco de esperanzas.

-Ojalá.-Balbuceé

-¿Y el padre?-preguntó.

-En Buenos Aires-dije, aunque al principio quise responder un "no tiene" pero sería cruel subestimar a Dylan.

-¿Le contaste?-preguntó.

-Nadie sabe además de vos y yo-lo miré a los ojos. ¿Tanta falta de amor tenía, como para contarle mis problemas a alguien que no conocía en lo absoluto?

-Ah...-fue lo único que soltó. Una sílaba que terminó flotando como una burbuja.

-¿Y qué pensás hacer?-repitió la pregunta.

-Sigo sin saberlo-lo miré con obviedad.

-Pero... ¿Lo querés tener?-preguntó.

Lo pensé un momento. Yo me sentía incapaz de abortar, suponiendo que a eso se refería la pregunta del chico. Pero estaba a favor de quienes tomaban la decisión de hacerlo, sentía que en Argentina, debíamos ser dueños de nuestro propio futuro y no que un hijo no deseado nos condicione. En algunos casos, los "provida" habían sido tan estúpidos, con una falsa moral y una empatía barata, que habían presionado a niñas indefensas para que tuviesen a su hijo víctima de violación. Nombraban a los hijos, faltándole el respeto a la madre, y destruían todo... Causándole probablemente, una tristeza profunda a la niña que optaba por abortar, porque su vecino, su padre, su tío o quien sea, no había sido una persona, si no, se habían comportado como animales. Yo no odiaba a nadie, realmente pensaba que los pro vida te llevaban directo a la muerte, a la marginalidad, a lo ilegal. La que quiere abortar, lo hace igual, y las mujeres con pañuelo verde eran mucho más juzgadas que aquellos, que tomaban decisiones sobre tu vida, que se olvidaban de los niños nacidos y condenaban al feto y a la madre.

-Sí, no sería capaz de abortar-me rasqué la nuca.

-Podes darlo en adopción-respondió con una sonrisa tranquilizadora.

-El sistema de adopción de Argentina es mediocre... Supongo que, voy a poder adaptarme-respondí mirando mi vientre, que crecería en los próximos meses.

-Yo creo que lo vas a saber manejar-sonrió de lado.-¿Cuántos años tenés?

-Dieciséis-respondí.

Abrió la boca perplejo para decir algo.

-Ah, eh... nada controlado-rió nervioso.

-Quizás sí.-suspiré intentando consolarme a mí misma, y lo triste que me sentía pero trataba de ocultarlo.

[...]

Bajé los escalones, la remera roja me acariciaba los muslos y ocultaba mi short de lycra por su largo. Llegué hasta el comedor, y me dirigí hasta la sala de estar, donde mi papá se encontraba viendo la televisión.

-Pa, ¿Podemos hablar?-pregunté sentándome a su lado, él apago la televisión y se acomodó para mirarme.

-Sí hija, ¿Qué pasa?-preguntó.

-Son las vacaciones, ¿Puedo irme a Buenos Aires hasta que terminen? Vuelvo a estudiar y me quedo el resto del año, por favor-pedí rogándole.

Él pareció pensativo un momento.-¿Para estar con ese Dylan?

-No-mentí;-extraño a mamá y a mis hermanos. Necesito verlos, por favor.

-El acuerdo dice que la tutela es completamente mía, Rebecca-se cruzó de brazos.

-Lo sé, pero ellos no dejan de ser mi familia por más de lo que diga un papel.

-Dejame pensarlo cielo, pero ahora anda a dormir que son las tres y media.-Sonrió-te prometo que lo pienso.

Asentí, con vagas ilusiones y subí corriendo las escaleras. Marqué el número de Sara sin importar la hora.

-¿Qué onda bro?-preguntó por el otro lado de la línea-¿Me extrañabas? Estoy re-loca.

reí-Hola sar, un poco sí a decir verdad. Necesitaba hablar con vos pero si estas ocupada, hablamos después.

-Noup, 'perame un cachito y no castaña, pasa que el dillom está hablando con helena y yo quería chusmear, pero ahí salgo.-Esperé un momento-ahora sí, ¿Qué pasó bequi?

-Pasa que-dije nerviosa y miré el techo con insistencia. Me metí al baño de mi habitación para que nadie escuchara, me senté en el borde de la bañera y suspiré-Salió positivo.

Quedó en silencio un momento.

-¿Le dijiste a Dylan?

-No, quiero llamarlo pero a la vez no sé... Capaz sea lo mejor decírselo por persona.

-Llamalo, no ahora porque está re en pedo...Pero no sabemos cuando volvés a Buenos Aires y merece saberlo... ¿Vos cómo te sentís?

Me mordí el labio-¿Bien?

-¿Cómo te sentís Rebecca?

Suspiré-asustada.

Sonrió.

-Nada va a salir mal bequi, lo prometo.

[...]

Había pasado, poco más de tres días desde mi llamada con Sara. Me había planteado día y noche el hecho de llamarlo pero nunca era capaz de llamarlo, a veces lo único que podía hacer era marcar el número pero nunca marcar el símbolo verde que me dejaría en contacto con él.

Intenté convencerme de que nada podía salir mal, y después de morder por demasiado tiempo mi labio, salí al patio lista para llorar lo que tenga que llorar, cuando escuche la voz del rubio.

Apreté el símbolo verde y aterrada, esperé oírlo al otro lado de la línea.

•••

no falta mucho para que termine... Así que lloren lo que tengan que llorar.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora