'25.||REGRESO.

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Dilan.
MARATÓN, 6/10.

Me había hecho sentir horrible pensar que a Rebecca podía dolerle el que yo le ocultaba lo del amor no correspondido de su mejor amiga, así que con nervios, se lo conté.

No reaccionó tan mal como yo pensaba que lo haría, me hizo sentir muchísimo más ligero el saber que no le ocultaba nada, ni ahora ni nunca.

-Yo también te quiero mucho-Respondió ante mi "Te quiero" anterior haciéndome sonreír.-Y como vos me decís que querés que seamos sinceros, Dilan, tengo algo que decirte...

Su rostro me indicaba que posiblemente era la respuesta a tantos días de llanto.-Podés confiar en mí.

-Es difícil, Dil.-Suspiró y sus ojos se cristalizaron.

-Vamos a poder porque estamos juntos-sonreí intentando darle ánimos.

-Lucio él...-me estremecí al escuchar su nombre-él y yo estuvimos de novios muchísimos años, y se aprovechaba de mí en un mal sentido-lloró haciéndome entender todo.

-Pero yo no voy a lastimarte nunca, Bequi-prometí pensando que esa era la confesión de la castaña.

-Lo sé...-sollozó-la cosa es que hace poco él me volvió a hacer daño Dilan, y no pude defenderme.

Algo dentro de mí se rompió, porque no había podido defenderla, estaba enojado conmigo y con él, con Lucio por lastimarla, conmigo por no haberla defendido.

-Dilan me doy asco y entendería que yo también te lo diera a vos-lloró la castaña-después de todo, ¿Quien se quedaría con alguien así?

La abracé, intentando recomponer los pedazos de su corazón que estaban rotos, ella lloró más fuerte y yo, me juré que no volvería a dejar que la lastimaran.

-¿Cómo vas a darme asco? Asco me da el hígado de vaca-dije haciéndola reír-¿Quién no se quedaría con alguien como vos? Que después de todo lo que le pasó, sigue sonriendo de la manera más hermosa que vi en mi vida.

Ella sonrió y se puso de puntas de pié para alcanzar mis labios, en un beso suave y salado por sus lágrimas, le demostré toda la ternura que podía tener con alguien tan delicado pero fuerte como ella, y que podía entenderla.

Aunque ésta confesión señalaba que tendría que ir más lento, y que tendría que ayudarla muchísimo, me hacía feliz saber que me lo había podido contar.

-Tenés que hacer algo-dije mirándola a los ojos, sintiendo algo raro, no asco ni pena...amor, amor a su fortaleza y a su brillo, amor a ella.

-No puedo.-Se sorbió la nariz.

-Si vos no, yo si-dije dándole un beso corto en los labios.

-Dilan está loco, no te arriesgues así-dijo asustada y le prometí que no me haría daño.

Me puse la campera dispuesto a darle una lección que no olvidaría en toda su vida, porque si tenía un defecto, era que yo siempre tenía rencor.

Corrí hasta la casa de Fiama, llegué con los pulmones ardiendo y la cara helada, toqué la puerta demasiadas veces para demostrarle la emergencia.

-¿Qué pasa Dilan? ¿Te volviste loco?-preguntó al abrir la puerta.

-Rebecca ya me contó todo, ¿Donde está Lucio?-pregunté ansioso.

-No tengo ni id-intentó mentirme pero sabía que yo no le creería.

-Sé que después de todo son muy amigos, Fiama.-Suspiré con cansancio ante las mentiras de la morocha.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora