'70 ||LO MEJOR A VECES DUELE.

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REBECCA!


        EXTRAÑARÍA tanto el despertarme tarde, a la hora que yo quisiera y dormir a la hora que yo quisiera cuando comenzaran las clases, que llevaba más de dos horas fundida en la cama sin moverme, con los ojos abiertos y pensativa.

Después de cuarenta minutos debatiendo mentalmente si levantarme o no, me dirigí a la cocina. Me encontraba hambrienta pero con deseos de tomar café con crema y panqueques con dulce de leche.
«maldito embarazo.» Pensé.

Cuando estaba frente a la heladera, la puerta se abrió y entró Dylan junto a mamá conversando animadamente, los miré perpleja y seguí revisando la heladera.

—Hija, a Dylan se le ocurrió traerte dulce de leche—rió mamá.

Lo miré con amor, nuestra conexión de madre y padre estaba fortaleciendo pero en vez de decir gracias, ataqué la bolsa y lo saqué, tomé una cuchara y decidí comerlo a cucharadas. Le sonreí a Dylan con la cara embarrada del dulce y él rió.

—Bequi, estaba pensando si querías que vayamos a un lugar secreto—me miró mientras yo seguía devorando lo que me haría engordar noventa kilos.

—A mí me parece bien, hace mucho que no salís Rebecca, digo, mejor que tomes un poco de aire fresco y más si vas a poder estar un poco sola—sonrió mamá mientras yo terminaba el pote.

—¿Ahora?—pregunté tirando la cuchara a la pileta de la cocina y el pote a la basura. Él asintió, entonces me dirigí al baño a ponerme un poco decente sin saber a dónde iríamos.

Cuando terminé de alistarme, salí agarrando mi celular y me paré junto al teñido. Me miró inspeccionando mi calza Adidas y el buzo corto de la misma marca, ambos negros y sonrió.

—Vamos de una vez—dije despidiendome de mamá y saliendo del departamento, Dylan caminaba detrás de mí en silencio. Subimos al ascensor, lleno de espejos y las puertas se cerraron.

Miré mi reflejo inevitablemente, extrañaría verme delgada y con mi cuerpo que se deformaría inevitablemente en escasos meses.

—No va a ser tan terrible Bequi—sonrió Dylan apoyado en una de las paredes metálicas.

—¿Y vos qué sabes? ¿Tuviste muchos embarazos?—pregunté de mala manera pero Dylan rió y me arrepentí.

Uffa...que esta tranqui tu humor—rió y acomodé un mechón de mi cabello húmedo tras mi oreja.

—Perdón, no sé de dónde salió éso—me rasqué la nuca.

—No te preocupes Bequi, me tendré que acostumbrar—sonrió.

Salimos del ascensor y nos dirigimos a la salida. Ya en el exterior, la gente caminaba enloquecida por las calles del Gran Buenos Aires, y por mi parte, deseaba mucho que todo fuese más lento. Me sentía en una burbuja, sentía que todo estaba acolchonado a mi al rededor y mis pulmones se llenaron de aire puro. Me sentía distinta a todos, como si todos iban rapidísimo y yo me tomaba mi tiempo.

Dylan se dirigió a un auto y lo abrió, lejano a todo lo que pasaba por mi cabeza. Me subí junto a él y abroché mi cinturón, era un auto nuevo, lujoso.

✧Ángel ↦Dillom✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora