La puerta de mi habitación se abre tras recibir unos golpes suaves esa misma noche. Me hace saltar de la cama pero cuando veo que se trata de Cristina mi cuerpo se relaja.
−¿Puedo dormir aquí? Papá ha salido y mamá está abajo.
Me había quedado completamente dormida, miro hacia el balcón cuando me incorporo y veo lo que está pasando, de nuevo, en el balcón de al lado, esta vez en las sombras, empujo con suavidad a Cris a mi cama, tapándola. Esta vez los cuerpos parecían llevar otro ritmo, él se dejaba y la tía parecía estar completamente loca por querer estar con él, los observo durante dos minutos y no hay ningún cambio. La puerta, de nuevo, vuelve a abrirse, esta vez la que aparece es mi madre la que me hace girarme hacia su dirección.
−¿Está tu hermana aquí?
No me da tiempo a responderle cuando responde ella sola su pregunta al verle tumbada en mi cama, lo que parece... Dormida.
−Eso parece.
Mi madre camina dentro de mi habitación y cierra la puerta tras su paso. Una vez en el interior se acerca a mi cama y se sienta en el borde. Después mira hacia el frente, viendo el escritorio. Rápidamente busco una excusa antes de que me pregunte, antes de que haga la pregunta que espero:
−Sonia, ¿qué está pasando aquí?
−Mamá...
Sé que va a explotar cuando se levanta de mi cama y pone sus dos manos en jarra. Aunque sus gritos sordos no molestarán a mi hermana, ella se coloca en la puerta del balcón, junto al escritorio.
−¡Sonia! ¡Quiero que por una vez en tu vida me digas la verdad!
−Mamá, te dije que yo no había sido...
−¡Sonia, basta ya! El escritorio no se ha reconstruido solo, ¿o ahora resulta que tiene vida propia?
Miro al suelo durante un par de segundos, cuando la voz que procede del otro lado de la calle, capta la atención de ambas. Mi madre se gira hacia él y yo, yo rezo para que todo esto salga medianamente bien.
−¡He sido yo señora!
Alex camina hacia su baranda en unos vaqueros cortos, no lleva una camiseta que pueda cubrir su torso. Entonces ahí sé, que mi madre se va a preguntar muchas cosas... Ella me mira a mí, cuando salgo tras ella con pasos dubitativos. Él decide continuar:
−Hace unos días, vi la mesa rota tapada por esa funda, muy bonita por cierto. No se lo comenté a su hija, la cogí y la arreglé esta mañana. Me gusta mucho este tipo de actividades y demás, no pude resistirme.
Reacciono al ver el poco contenido que le da a mi madre y conociendo las preguntas que puede hacerle.
−¡Sí! Esta noche, la hemos pasado por aquí con...
−Bueno, la monté aquí, en mi habitación y la he pasado por este lado, con mucho cuidado y con ayuda de su hija. He dado los últimos arreglos aquí, juntándole las piezas que quedaban.
Miro a Alejandro, le sonrío tímidamente.
Así fue como ha montado la mesa. Cuando le pregunté si la había visto, la tenía en casa. Cuando me dijo que estaba ocupado, estaba arreglándola en su habitación.
Mi madre se gira hacia mí, captando mi atención.
−¿Por qué no me lo has dicho?
−No quería salir fuera de nuevo, ya sabes.
Mi madre aprieta sus labios y hace una mueca, parecida a la de una sonrisa bastante tierna. Después, aún con el mismo gesto, se gira hacia nuestro vecino.
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HEY, VECINO. {COMPLETA}
ChickLitCuando mi mayor problema era Mathias, me deshice de él. Aún así me persigue a día de hoy. Cuando supe que otro de mis problemas era mi padrastro, intenté evitarlo a toda costa. Aún así, él me buscaba sin importar las consecuencias. Estos dos, junt...