CAPÍTULO 23

110 27 6
                                    

Esta vez no le da tiempo a correr hacia la cortina y se coloca tras la puerta que ya se abría. Mi respiración es agitada cuando veo aparecer a Carlos detrás de esta. Pasa mirando mi ropa, rezo por qué no cierre la puerta. No lo hace por el momento.

−Así que tu vecino te ha dado esa ropa.

−Solo la de la cama.

Le miento porque sé lo que va a hacer, sé que va a quitármela. Cuando camina hacia la cama, me coloco en la puerta, abriéndola todo lo que puedo. Pero casi me da un infarto cuando se gira hacia mí riendo y preguntándome:

−¿Te crees que soy tonto?

Relamo mis labios y le sonrío perspicazmente.

−¿Es una pregunta trampa?

Se acerca rápidamente hacia mí y coge mi brazo tomando las posiciones anteriores.

−Te dije que no quería tener que relacionarte con ese chico. ¿Has estado hoy con él?

−No. Hoy he estado todo el día con mi hermana, la que no me dejabas ver, ¿te acuerdas de tu hija?

Se acerca a mi amenazante y mira mi sudadera.

−Quítate esa sudadera, es de él también.

Niego con la cabeza mientras miro la prenda.

−No es de él.

−¿Me estás tomando el pelo? Mira estos pantalones, son iguales.

Su voz es burlona, se lo pasa bien. Aunque rápido se corta, no durante mucho tiempo...

−No me la pienso quitar. No llevo nada debajo.

−¿Quieres que te la quite yo? ¿Eso quieres, verdad?

Da pasos hacia mí, haciendo que caiga sentada sobre la cama. Miro a Alex, que mueve la puerta, queriendo salir y niego rápidamente con la cabeza.

−¡No!

El no sorprende tanto a Alejandro como a Carlos, al cual dirijo mi mirada rápidamente.

−Por favor...

Le suplico a Alejandro. Él asiente con la cabeza volviendo a pegar su cuerpo a la pared y tapándose todo lo que puede con la puerta lentamente para no hacer ruido. Me incorporo delante de Carlos.

−Me la quito yo, pero date la vuelta.

Él ríe levemente mientras niega.

−¿Ahora te da vergüenza? ¿Quieres que te ayude yo?

Antes de que se acerque por completo a mi cuerpo, porque esas eran sus intenciones, tiro de la prenda hacia arriba y se la doy, lanzándola por los aires. Rápidamente me tapo con las sábanas de mi cama, que las saco por completo.

−Sonia, me has mentido. Sí que llevas braguitas y un sujetador muy bonito. Quítate eso.

Arranca las sábanas de mis manos y las tira hacia la puerta, donde las miro y aprovecho para mirar si Alex tiene acceso a esta escena. No, tiene la cabeza girada hacia el lado contrario y solo puedo ver su pelo.

−Dámelas o grito.

Él suelta una carcajada. Se gira hacia la puerta y da una patada a las sábanas aún a su lado. Desde allí vuelve a girarse una vez más.

−Sí quieres estas cosas de tu amigo, tendremos que negociar. Ya sabes dónde estoy.

Coge la puerta y se la lleva con él hasta cerrarla por completo. Los ojos de Alex se fijan en mi, semidesnuda y corre hacia la sábana acercándomela. Me la echo por encima a toda prisa, ocultando mi cuerpo de él.

HEY, VECINO. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora