−Te he dicho que no voy a saltar otra vez por aquí.
Alex alza sus dos cejas con una sonrisa bastante pícara. Desde que estuvimos juntos la otra noche en mi habitación, no hemos estado delante el uno del otro. No es por eso por lo que no quiera cruzar a su balcón, ni de coña.
−Sonia, ¿tienes miedo ahora?
Río irónicamente intentando no mirarle. Me giro hacia la puerta, el pestillo está echado. Vuelvo a mirar a Alex pero este me hace un gesto con la cabeza para que cruce. Doy un paso hacia la baranda y paso al otro lado sujetándome fuerte a mi espaldas. Menos mal que me he puesto vaqueros largos, porque sí no...
−Algún día me mataré haciendo esto y me quedaré aplastada allí abajo, tendrás que limpiar tú y encima esconder mi cuerpo para que Carlos no te mate a ti.
Después de mi bonita y quizás, algo exagerada historia, pego un salto y me engancho a su baranda. Cuando la toco, suelto todo el aire que tenia retenido. No entiendo cómo me atrevo con la poca luz que hay a estas horas.
−¿Cómo eres tan exagerada?
Su pregunta va camuflada entre risas mientras toma asiento en su nueva sillón columpio que ha estado montando estos dos días atrás mientras yo le observaba sin ayudar demasiado.
−No tendría que recoger tu cuerpo, algún animal salvaje te llevaría y me ahorraría una gran parte del trabajo.
Me mira mientras salto su baranda y toco el suelo firme de su balcón. Acercándome donde él está.
−Eres muy gracioso, ¿lo sabes?
−Hey vecina, cuánto tiempo.
Me dejo caer junto a su lado, el sillón comienza a balancearse y echo una mano a uno de los hierros de los extremos, usado como apoyabrazos.
−Vecino, ¿esto es seguro?
Alex me mira frunciendo el ceño. Yo me fijo en sus ojos.
−¿Dudas de mis habilidades para montar muebles?
Le sonrío haciéndole una mueca:
−No, ¿cómo puedes decir eso?
−¿Estas siendo irónica? Porque sí es así...
Se impulsa con sus dos piernas haciendo que el sillón comience a balancearse. Mis pies no tocan el suelo, ni si quieran lo rozan. Una de mis manos vuelve al hierro, aunque la otra se sujeta a lo primero en lo que se apoya: la pierna de Alex. Este se detiene y sonríe mientras me mira:
−Aprovechas cada ocasión para meterme mano.
Rápidamente quito la mano de su pierna, dándole una palmada en donde le tenía cogido.
−Eres un idiot..
−Vámonos, te invito a una copa o algo.
Su mano aprieta la mía y tira para levantarme. Pero no avanzo, me resisto.
−¿Estás loco?
Él se gira hacia mí y pega su cuerpo al mío de una forma casi imparable. Me echo hacia atrás y retrocedo un par de pasos.
−¿Quieres dejar de hacerme esa pregunta tan estúpida? Vamos a ir a tomarnos algo rápido, y ya. Te espero abajo, con el coche preparado, cuando salgas cierra mi puerta con suavidad, así no llamarás la atención.
Se mete en su habitación y sale de ella. Rápidamente miro mi atuendo: los vaqueros y una camiseta de tirantes blancos con mis zapatillas del mismo color. Corro detrás de él y espero desde la puerta a que mire hacía mi dirección, cuando lo hace hago lo que me ha dicho con la puerta y corro hacia el coche.
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HEY, VECINO. {COMPLETA}
ChickLitCuando mi mayor problema era Mathias, me deshice de él. Aún así me persigue a día de hoy. Cuando supe que otro de mis problemas era mi padrastro, intenté evitarlo a toda costa. Aún así, él me buscaba sin importar las consecuencias. Estos dos, junt...