CAPÍTULO 26

121 28 7
                                    

−Entonces So...

−Sonia.

Corrijo a Adrián antes de que siga hablando con una sonrisa para no parecer demasiado borde. Alejandro me mira sonriendo mientras lleva su vaso a los labios, dándole un largo trago.

Llevamos casi una hora aquí, la verdad es que es un lugar bastante acogedor y su decoración rústica me recuerda a una casita de campo a la que me iba con mi padre y mi madre de vacaciones.

−Sonia. ¿Tu novio era un drogadicto?

Exploto en una risa, casi derramando el líquido que llevaba en mi boca, que trago rápidamente para evitarlo.

−No seas exagerado. A veces, sí le daba pero no hasta tal punto.

La chica pelirroja, amiga de los dos chicos, se une a la conversación contándonos algo sobre su ex-pareja.

−Pues mi ex sí que se metía de todo. Aunque mi madre me prohibió salir con él cuando le conoció.

Alex no puede reprimir su risa.

−Normal.

Ella niega con la cabeza y alza la mano con su copa para cortarle y explicarse:

−No, no es por eso. Es que después se enteró que él no vivía por allí, era algo pobre.

Frunzo el ceño, aún sin entender muy bien lo que quiere decir. No puedo evitar el no saltar hacia ella.

−¿Perdón? ¿Solo por no tener dinero? ¿No es algo materialista?

Ella me mira alzando sus dos cejas y después me sonríe de una manera que me hace borrar toda la buena impresión que me había causado en esta hora.

−Yo solo me junto con gente de calidad. Mírame, con Alex y Adrián.

Alzo las dos cejas dejándome caer hacia atrás en el taburete .

−Petra, ¿fumas?

Alex le tiende un cigarro a su amiga, que está a mi lado y ambos se dirigen a los asientos asignados, dentro del mismo bar, para fumadores. Donde desde la barra los observo alejarse hasta que Adrián pone una mano sobre la mía, que está en la barra. Lo miro y suavemente, la aparto.

−No sé si te lo habrá dicho Alex, pero le llamé preguntando por ti.

Mis ojos se clavan en los suyos y me termino lo que me queda del vaso de un trago.

−Algo he oído, sí.

−Quería quedar contigo algún día de estos. Me llamaste la atención, bastante, el primer día y bueno, ¿por qué no?

Cojo aire y lo suelto a los pocos segundos mientras no dejo de mirarle.

−¿Te llamé la atención? ¿Sabes que soy solo una amiga de Alex, no soy como...?

−¿Las otras tías? Lo sé, no te preocupes. No te voy a andar con rodeos, pero me gustas, te puede sonar loco pero es así. Me gustas.

Pero que sorpresa, no me lo había dicho Alex.

−Créeme, a estas alturas no me sorprende nada...

Pega su cuerpo al mío, haciendo que no me pueda mover porque sigo subida en el taburete. Sus labios se juntan en un corto y dulzón beso que sabe a nuestras bebidas. Le empujo del pecho y le miro seriamente mientras me pongo en pie.

−Adrián, no te lo tomes a mal. Eres guapo y eso, pero es que me gusta otra persona.

Él asiente y se intenta terminar su vaso de un trago, sin darle resultado, aún así me mira y asiente con la cabeza mientras se acerca a mi cara, donde pienso que va a besar mi mejilla pero no, pega sus labios a mi oreja y susurra:

HEY, VECINO. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora