Mi domingo transcurre de manera habitual, no despierto hasta tarde, papá prepara un rico almuerzo y luego solo nos dedicamos a preparar nuestras maletas.
A eso de las 9 de la noche, terminamos de preparar todo, papá empaca unos cuantos materiales de trabajo y yo empaco unos cuantos bikinis de más, llámenme superficial, no me importa.
Escucho a Drewie llamarme desde la cocina, bajo a paso apresurado.
—¿Qué pasa Drewie?—pregunto al llegar.
—Te buscan—dice y señala a la puerta.
Y ahí está parado frente a mi puerta, lo que más amo de mi supuesta vida cliché, mi vecino y súper amigo, Blaster, quizás mi único amigo de verdad. El cual no había visto desde el jueves, que fue la ultima vez que lo visité en el hospital, a causa de una fractura en su pierna durante nuestra práctica de clavados, ahora lleva un gran y extraño yeso, el cual cuenta con algún tipo de singular rodillera que cubre toda su pierna al igual que el yeso.
—Ibas a dejar que muriera pero gracias—dice con una fingida cada de seriedad.
—¡Blas!—digo con emoción y voy a darle un abrazo, el cual acepta con un poco de recelo pero luego deja de lado su fingida molestia para devolverme el abrazo—No debiste de haber venido, iba a ir a tu casa.
—Si claro, cuando volvieras de Tailandia—dice y rueda los ojos mientras entra a casa y toma asiento en el sofá.
—Hola Blas—Lo saluda papá–ya estás mejor al parecer.
—Hola Drew, algo así, aún duele como la mierda pero al fin estoy en casa—dice Blas con una sonrisa.
—Me alegro Blas, todos estábamos preocupados por ti, aunque no extrañaba para nada tus pies sobre mi mesita—dice papá mirando de reojo sus pies.
—Si extrañaba eso profe Castlen—dice Blas y lo llama de esa forma porque al igual que yo Blas siempre ha querido estudiar en la USC y debo de admitir que el siente cierto tipo de admiración hacia papá—aunque ya usted no es mi amado profe Castlen, ¿sabe por qué?—pregunta y papá niega con la cabeza—¡No me invito a Tailandia! O sea vamos soy su mayor fan, ninguno de esos estupidos universitarios merecen ese viaje más que yo, Andrew soy su segundo hijo al cual no sustenta , no puede hacer esto.
—Bueno prácticamente aveces si te sustento—dice papá y sé que quiere reír pero no lo hace por la gran cara de seriedad que tiene Blas en este momento.
—¿En serio?—pregunta Blas sin poder creer la reacción de papá, admito que quiero reír.
—Ay vamos Blas, sabes que me hubiera encanto que vinieras con nosotros, pero cuando les dije a tus padres me dijeron que por tu pierna no podrías—dice papá.
—
—¡Pero si puedo!—prácticamente grita Blas—asi que compre un nuevo boleto de avión con su fortuna porque iré a Tailandia con piernas o no—dice y prácticamente sale corriendo de casa, bueno como puede porque solo cuenta con una pierna funcional, al llegar a la puerta se devuelve—¿Tienes mi speedo rojo, Elle?—Si, lo podré en mi maleta—digo.
—Por eso te amo—dice y ahora si se va completamente.
—Ya había comprado su boleto, sus padres me dijeron que no al principio pero los convencí—dice papá mientras sirve jugo para mi y para él.
—Y por eso eres el mejor Drewie- digo y tomo mi vaso de jugo de sus manos.
—No solo por eso y lo sabes—me guiña un ojo y toma su laptop para seguir trabajando.
Subo a mi habitación, voy a mi cama y como no tengo nada que hacer y no puedo molestar a Blas porque son las 9 y algo de la noche y debe preparar equipaje para una semana, se que papá está trabajando pero le gustará mi mensaje.
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Two boys for me.
AléatoireEleanor asiste a su último año de secundaria, una estudiante de Elite, con un gran futuro por delante, todo en su vida esta bien, ella y Andrew han logrado conseguir todo lo que necesitan, pero la mayor preocupación de Eleanor radica en lo mala que...